Pecci era conocido no sólo por su lucha frontal contra las mafias de la droga, el narcotráfico y el terrorismo, sino también por su participación en el proceso seguido contra el otrora astro del fútbol brasileño Ronaldinho, cuando éste fue condenado a la cárcel en Paraguay -entre marzo y agosto del 2020- como pena por ingresar a ese país con documentos falsos. El crimen, ocurrido este martes 10 de mayo, encierra muchas interrogantes por cuanto el atentado ocurrió en la isla de Barú, una exclusiva zona turística cercana a Cartagena de Indias, en el norte de Colombia, una zona de gran seguridad, supuestamente. Era el lugar que había escogido para pasar su luna de miel tras contraer matrimonio con la periodista Claudia Aguilera el 30 de abril pasado.
De acuerdo a la reconstrucción y detalles del ataque entregados por su viuda a la policía colombiana, a las autoridades de Paraguay y en declaraciones a la prensa, los pistoleros llegaron en motos acuáticas hasta el sitio. “Dos hombres atacaron a Marcelo. Venían en una pequeña embarcación, o un jet sky, la verdad no lo vi bien”, relató la mujer al diario bogotano El Tiempo. “Uno de los agresores se bajó de su moto de agua y sin mediar palabra le disparó dos veces a Marcelo, un impacto lo recibió en la cara y otro en la espalda”, describió la mujer, aún bajo los efectos del golpe emocional que le significó haber sido testigo del hecho a corta distancia. Pecci, de 45 años, quien de acuerdo a las declaraciones de su esposa no había recibido “ninguna amenaza previa”, murió casi instantáneamente en el lugar a causa de los dos disparos recibidos.
Por su parte, el director de la policía colombiana, general Jorge Luis Vargas, declaró en rueda de prensa que la DEA, la agencia antidrogas estadounidense, así como autoridades de Colombia y de Paraguay, trabajan para “obtener la mayor cantidad de información posible” sobre el crimen. “Hemos organizado -dijo- un equipo internacional de búsqueda y localización de estos delincuentes, estén donde estén”, aseguró el oficial. Helicópteros, buzos, peritos, expertos en dactiloscopia y fiscales especializados se han sumado al cuerpo de investigación a cargo del caso.
En busca de información que permita su captura, la policía ha ofrecido una recompensa equivalente a unos 488.000 dólares a cambio de información valedera que le permita dar con los asesinos y, además, difundió una imagen poco clara de quien sería uno de los presuntos verdugos de Pecci. En la imagen se aprecia a un hombre delgado, de piel morena, sonriente, con sombrero blanco y gafas de sol, pero aquello no arroja mayor antecedente en un país donde ese fenotipo es absolutamente común. Sin embargo, otro punto que no deja de llamar la atención es que el mismo general Vargas haya declarado en rueda de prensa que sus hombres no tenían “conocimiento” de la presencia del investigador en Colombia, pese a que Pecci era una de las personas más protegidas en el Paraguay.
También el Hotel Decameron, donde la pareja se alojaba, entregó una declaración conteniendo detalles del asesinato. “En la mañana de hoy, sicarios que llegaron en motos acuáticas a la playa que se encuentra frente al Hotel Decameron-Barú atentaron y asesinaron a uno de nuestros huéspedes”, señaló el establecimiento turístico en un comunicado en el que se lamenta profundamente lo acaecido. En Asunción, en tanto, la fiscal general de Paraguay Sandra Quiñónez, amiga personal de Pecci, dijo a W Radio que “a Marcelo lo voy a llevar eternamente en el corazón. Un hombre íntegro, luchador, un fiscal a carta cabal”, afirmó conmovida.
Y desde Washington el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian Nichols, escribió en un tuit que su país “condena el asesinato del fiscal”, reafirmando su “compromiso y determinación de trabajar con las autoridades paraguayas y de todo el continente americano en la lucha contra el crimen organizado”.
En la última publicación subida por Claudia Aguilera a Istagram se observa una fotografía en la que se ve a la pareja abrazada en la playa y, en primer plano, los zapatitos de un bebé. Bajo ella, la periodista escribió: “el mejor regalo de boda es… la vida acercándote al testimonio más lindo de amor”.