Gentilmente, Marty Mc Fly y el “Doc” Emmett Brown, protagonistas de la película Volver al Futuro, nos han facilitado el auto que tiene la increíble capacidad de viajar a través del tiempo. Con él hemos nos hemos dirigido hacia el lunes 5 de septiembre, un día después del plebiscito, en una circunstancia en la que ha ganado el Rechazo. Y queremos contarles lo que hemos visto.

Hemos realizado esta travesía con mucha curiosidad, puesto que nos preguntábamos cómo se iba a interpretar la promesa que hoy hacen quienes proponen una tercera vía, es decir, que se vote Rechazo en el plebiscito de salida para después buscar un cambio a la Constitución, pero por otra modalidad. Cuál iba a ser la metodología que se iba a usar para dilucidar cuántas de las personas que votaron Rechazo lo hacían simplemente porque prefieren la constitución vigente, y cuántas porque querían cambiar la constitución, pero de otra manera. Y la verdad es que, como sospechábamos, no existía tal metodología.

En el Chile del lunes 5 de septiembre, luego de la derrota del Apruebo, los medios de comunicación hablan a secas del fracaso del proceso constituyente, de que la ciudadanía ha votado para mantener la constitución de 1980. No hay nadie que tenga la capacidad de explicar cómo un voto por el Rechazo podría interpretarse como un voto por los cambios, pero de otro tipo. Y es que, enfrentados a una situación como la descrita, simplemente no hay cómo generar una explicación coherente.

Así las cosas, el Chile del 5 de septiembre luego del triunfo del Rechazo se parece mucho al Chile del 17 de octubre de 2018, puesto que quienes tienen acceso a los micrófonos afirman que el país ha optado por la estabilidad, que las personas no querían en realidad un cambio de paradigma sino un perfeccionamiento del actualmente existente, por lo que lo que corresponde son políticas que apunten a la profundización de lo ya hecho por 30 años.

Después de haber viajado al futuro y de volver al día de hoy, podemos decir taxativamente que no había tres vías sino solo dos, ambas igual de legítimas: el Apruebo y el Rechazo. Que cualquier decisión que tomemos en la soledad soberana de la urna el domingo 4 de septiembre solo podrá ser interpretada como una preferencia por la propuesta de nueva constitución o por la que hoy nos rige. Que es frente a esta disyuntiva respecto a la cual tenemos que pronunciarnos y que, por lo tanto, es muy importante que sopesemos el grano de arena de responsabilidad que nos cabe en el futuro colectivo. Leyendo, informándonos e informando lo más posible sobre ambos textos. Respecto a la Constitución de 1980, sobre cuáles han sido las consecuencias del modelo de sociedad que ha propiciado en nuestra vida actual. Y sobre la propuesta de nueva constitución, de qué manera podría cambiar nuestra convivencia en el futuro. Lo bueno es que por primera vez en la historia de nuestro país, el Pueblo se ha dado la posibilidad de decidir por sí mismo, democráticamente, sobre la carta fundamental que nos regirá.