Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales (1999), destacado filósofo del siglo XX y XXI, insigne académico de la Universidad de Chile y ampliamente galardonado en distintas universidades del mundo. Son solo algunas líneas que resumen la amplia trayectoria de Humberto Giannini, académico cuya invaluable biblioteca personal recientemente fue recibida por la Universidad de Chile.
El proceso de traspaso, constó de diversas etapas ejecutadas por el Archivo Central Andrés Bello, quienes el año 2018 iniciaron los primeros acercamientos a Luisa Eguiluz, viuda del profesor fallecido el año 2014. Posteriormente, se continuó con la realización de un inventario preliminar preparado el año 2019, trabajo que involucró la descripción específica de las obras escritas clasificables en distintos ítems.
Al respecto, Ariadna Biotti, coordinadora del Área de Investigación Patrimonial del Archivo Bello, señala que el primer trabajo realizado por el equipo fue una evaluación interdisciplinaria “donde evaluamos los libros en términos conservativos, de orden y desde el punto de vista de la interpretación histórica”. En segundo lugar, indica que se realizó “un exhaustivo proceso de ordenamiento y clasificación para trasladar la biblioteca en las mejores condiciones posibles”. En tercer lugar “se ordenaron y clasificaron para ser parte del catálogo de la Biblioteca Digital de la Universidad de Chile”.
A su vez, el inventario también reunió información de las medallas que forman parte de la colección, destacando su título, la institución emisora, año de entrega, tipo de material, su estado de conservación y notas asociadas. Entre ellas, se encuentra la medalla al mérito universitario Jorge Millas, la medalla Altazor Premio de las Artes Nacionales, la medalla Bicentenario Congreso Nacional de Chile 1811-2011, y ocho medallas entregas por la Universidad de Chile.
Sobre el proceso de inventario y previo análisis del material, el coordinador del Archivo Central Andrés Bello, Alessandro Chiaretti, indica que se pudo contar con un listado que sirvió para evaluar de mejor manera el contenido y el valor de este conjunto, pues “al momento de trasladar la colección a las dependencias del Archivo sirvió para verificar que todo lo inicialmente identificado se hubiese transferido correctamente”. Considerando esta herramienta como un instrumento de control interno, explica que justamente, permitió saber qué materiales se tenían y cómo se pudieron ubicar, puesto que “los procesos pendientes, que se realizarán prontamente, tienen que ver con conservación, catalogación e interpretación patrimonial, para que estos valiosos materiales queden a disposición del público de la mejor manera”.
Posterior al trabajo desarrollado, el equipo mencionado se encargó del traslado de los materiales desde el hogar de Luisa Eguiluz, en dirección a la Casa Central de la Universidad de Chile. El proceso involucró el embalaje de 45 cajas, las cuales trasladaban íntegramente en su interior las pertenencias de la biblioteca personal del filósofo.
Específicamente, la donación incluye de 1366 libros, 3 folletos, 1 set de láminas, 1 tesis, 188 revistas y 1 periódico, materiales que convierten este traspaso en una colección única. Además, un tercio de estos escritos, corresponden a obras editadas en Chile y los dos tercios restantes, editados en Europa y América Latina.
Las implicancias que derivan de esta donación a la Universidad de Chile se verán reflejadas, por ejemplo, en su libre disposición al público en distintas bibliotecas de la Casa de Bello, las cuales, hasta la fecha, no contaban con algunos de los volúmenes de la colección.
Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile, explica las bibliotecas personales, como un todo integral de libros, “son acervos que dan cuenta de los procesos personales de búsqueda y trabajo, de una vida que se arma con una biblioteca, de una forma de ser intelectual que no pasa por la erudición, sino una en que los libros conversan con la vida cotidiana y con sus urgencias. Allí está uno de los mayores aportes del profesor Giannini, que nos hace hablar filosóficamente dentro de la vida y no desde una torre de marfil. Sus libros profusamente comentados, anotados, vueltos a leer una y mil veces, conectados unos con otros y con su trabajo, nos permite verlo con su sonrisa abierta al mundo”.
Este depósito artístico y cultural del filósofo no tan solo integra los artículos clásicos, sino que trae consigo piezas y anotaciones personales en los diversos escritos, lo cual convierte esta colección en una muestra única de su trabajo, trayectoria y vinculación. Al respecto, Luisa Eguiluz, viuda de Humberto Giannini, manifiesta su esperanza en que esta colección tenga un alto impacto en quienes tendrán acceso a la información para que “puedan disponer de acceso a libros de clásicos y modernos, leídos por él prolijamente en que muchos guardan las anotaciones de su puño y letra que pueden servir como punto de partida o inspiración para nuevas investigaciones”.