* La autora es doctora en Didáctica de la Matemática. Universidad de Santiago de Chile
Cuando su hija o hijo le presenta un problema de matemática, ¿Cuál es su reacción? ¿Qué cara le pone? En fracciones de segundo su retoña o retoño procesa en su mente para predecir si su cara es de terror, indiferencia o entusiasmo.
No vamos a discutir ampliamente qué es un problema de matemática (que no es un ejercicio ni un problema de planteo), pero si vale la pena detenerse a cuestionar el impacto que su expresión facial puede tener sobre la emoción que provoca en su hija o hijo la emoción que transmite en su rostro al hablar de matemática.
Sucede que la ciencia ha podido constatar que las emociones del profesorado hacia la resolución de problemas tienen una influencia preponderante en el alumnado y en sus logros (Caballero y Blanco, 2007 citado en Vargas, 2021).
¿Puede imaginar qué impacto tiene el autoconcepto paterno-maternal hacia la matemática sobre los logros de sus hijos en esta asignatura?
Que a usted le haya ido bien en matemática en la escuela y le encante la matemática porque es ingeniero podría ser un factor de buena relación con la matemática para sus hijos. Lo mismo que hijos de padres lectores son lectores, los hijos de padres con buena relación con la matemática deberían ser buenos para la matemática. Excepto, si los niños han tenido experiencias estresantes con la matemática en la escuela. En un artículo científico, Susanne Vogel y Lars Schwabe del Departamento de Psicología Cognitiva del Instituto de Psicología, de la Universidad de Hamburgo, Alemania.
Se indican que las pruebas, los plazos justos y los conflictos interpersonales escolares son solo algunos ejemplos de los muchos eventos que pueden generar altos niveles de estrés tanto en los estudiantes como en los profesores en el sistema escolar (Vogel y Schwabe, 2016) , y posiblemente en el universitario también, aunque es solo una hipótesis.
Gracias a la Neurociencia se identificó que el estrés crónico, las hormonas del estrés y los neurotransmisores liberados durante y después de un evento estresante son los principales moduladores de los procesos de aprendizaje y memoria en humanos, con implicaciones críticas para los contextos educativos.
Desde allí no podemos desconocer, que la neurociencia tiene un potencial increíble para facilitar los procesos de educación tanto para los estudiantes como para los profesores.
Otros investigadores (Dinse, Kattenstroth, Lens, Tegenthoff y Wolf, 2016), determinaron que el cortisol, el principal glucocorticoide en humanos, influye en la excitabilidad y plasticidad neuronal (necesaria para el aprendizaje). Los estudios demostraron que los niveles elevados de glucocorticoide afectan la plasticidad neuronal.
Parece importante saber un poco de neurociencia cuando estamos hablando de emociones ya que las el sistema nervioso tiene su parte sensitiva que responde a estímulos externos como nuestras expresiones sobre la matemática en la sala de clases o en nuestro hogar.
Así que intente ser más neutro con cualquiera de las materias que sus hijas e hijos estudien para así no afectar sus emociones hacia ello y su potencial autoconcepto.
Vogel, S. y Schwabe, L. (2016). Learning and memory under stress: implications for the classroom. npj Science of Learning (2016) 1, 16011; doi:10.1038/npjscilearn.2016.11; published online 29 June 2016.
Dinse, H, Kattenstroth, J., Lenz, M, Tegenthoff, M., Wolf, O. (2016). The stress hormone cortisol blocks perceptual learning in humans. Short communication. Psychoneuroendocrinology. 77 (2017) 63–67
Vargas, C. (2021). Museo Laboratorio de Didáctica de la Matemática. Matemática Enactiva. Aportes para la articulación entre teoría y práctica en la educación matemática. En Von Hofe et al (eds). Barcelona: Editorial Graó. 215-231