El momento es ahora, aprobar es humano

  • 01-09-2022

Ya queda muy poco. El 4 de septiembre decidiremos si nos quedamos con la Constitución de Pinochet o si aprobamos la Constitución de 2022, la primera construida de manera participativa en nuestra historia. Las alternativas son claras. Este domingo en las urnas habrá solo dos opciones, no hay otras. Una opción es que nos quedemos con una Constitución ilegítima en origen y que ha sido una y otra vez una barrera para el ejercicio de derechos en igualdad de condiciones. La otra opción es avanzar y pasar a tener una Constitución que mejore las condiciones de vida de las personas y sea un referente mundial de derechos humanos. En esta disyuntiva, desde Amnistía Internacional reiteramos nuestra posición: aprobamos porque hemos decidido ponernos en la vereda de la justicia y la dignidad para avanzar hacía una Constitución de derechos.

El mundo nos está mirando. Tenemos la posibilidad de tener un texto que reconoce tanto los derechos civiles y políticos como los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales como ninguna otra en nuestra historia republicana. De manera especial, se reconocen los derechos sociales de manera robusta y ello permitirá comenzar un camino para mejorar las condiciones de vida de las personas, en temas como acceso a la vivienda, pensiones dignas, trabajo decente y los derechos al agua, a la educación y a la salud. A ello se agrega que se  contemplan múltiples obligaciones estatales respecto a la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida social, cumpliendo con recomendaciones realizadas por diversos órganos de tratados de derechos humanos. En materia ambiental, Chile pasaría a tener probablemente la primera Constitución ecológica del mundo con un abordaje profundo de los derechos medioambientales y con una nueva mirada de la relación con la naturaleza que nos pone a la vanguardia para enfrentar las urgencias que tiene nuestro planeta respecto del cambio climático. 

No ha sido una campaña fácil. Ha habido mucha desinformación respecto a lo que realmente dice la propuesta de nueva Constitución. Se ha dicho que se establecen privilegios para algunos grupos, pero ello está muy alejado de la realidad. Lo que se hace es adoptar medidas para que personas pertenecientes a grupos tradicionalmente discriminados también puedan ejercer sus derechos humanos en igualdad. 

Pero también hemos visto cómo el Apruebo ha ido creciendo. Con alegría vemos los actos multitudinarios en cada rincón de Chile y nos llenan de esperanza, pues demuestran que la gente desea tener una Constitución inclusiva y solidaria. Se ha ido asumiendo la importancia de esta oportunidad histórica de avanzar, tanto para las actuales como para las futuras generaciones.

Desde Amnistía Internacional estamos convencidas y convencidos de que el momento es ahora. La constitución de 2022 puede ser un punto de partida para mejorar las condiciones de vida en nuestro país, especialmente de las personas más pobres y excluidas. Demos el paso, atrevámonos. Es el momento de avanzar. Es el momento de Aprobar porque Aprobar es humano. Es el momento de Aprobar para tener un Chile más digno y justo. 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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