Restauran la casa de O’Higgins en calle Santo Domingo. ¿Cuándo la de Freire que está al frente y es una comisaría?

  • 04-11-2022

Diez años de edad separan a los dos próceres. En 1778 nació el chillanejo, en 1787 el santiaguino. Al principio, Ramón creció admirando a Bernardo; después el mayor aplaudió la valentía del menor. Enseguida de la batalla de Maipú, el 5 de abril de 1817 que entronizó a O’Higgins, siendo Freire Intendente de Concepción, empezaran sus rencillas. 1823 se encargó de tumbar a uno para sentar al otro en el sillón de Director Supremo. Una década más tarde, ambos desterrados, se unirían en Lima para complotar y venir a derrocar el gobierno de Diego Portales y el general José Joaquín Prieto.

Tal es la síntesis de las disputas, abrazos, rencores de los héroes máximos de nuestra historia que ahora una prosaica restauración arquitectónica, motiva a recordarla.

Curiosamente, y sin que el acontecimiento haya sido divulgado, más allá de sus feroces luchas en campos de batalla para librarnos del yugo español, asimismo la construcción  colonial urbana se encargó de unirlos.

Un artículo de prensa del presente, informa que desde 2019, gracias a un equipo de especialistas del Grupo Praedio, se lleva a cabo una plan maestro para rescatar y restaurar la casa solar de calle Santo Domingo 623-627 que en su momento Bernardo O’Higgins adquirió a su propietaria María del Rosario Melchora Puga y Vidaurre, madre de su hijo Pedro Demetrio. En aquellas habitaciones, bajo sus parras y árboles, el caudillo jugó y correteo con su único heredero.

La publicación reseña que la propiedad mantiene intactas sus estructuras del siglo XVIII: su fachada continua de 150 metros  con dos puertas y seis ventanas; muros de adobe de 80 centímetros de espesor; que conserva sus tres patios interiores; dieciocho piezas de más de 3.5 metros de altura; aproximados mil metros construidos; planta baja, vereda angosta. Actualmente pertenece al Instituto de Caridad Hermandad de Dolores y posee rango de Monumento Histórico, lo que significa que no puede destruirse para levantar edificios o estacionamientos.

Lo que ignora la mencionada nota es que en la misma vía, justo al frente en la esquina de Santo Domingo con Miraflores, nació Ramón Freire y menos reconoce ¡por cierto! que la propiedad también debería ser declarada Monumento Histórico. Ni siquiera existe una placa conmemorativa. Consecuentemente, tampoco alude al hecho de que en ese lugar funciona hoy  la Prefectura Central Norte, Primera Comisaría de Carabineros. Sí: lo que leen. Imagino que el prócer, muerto de cáncer bucal en 1851, jamás imaginó que su casa materna terminaría en manos policiales.

Para mayor respaldo histórico, reproduciré un pequeño párrafo del libro “Freire” de Manuel Reyno Gutiérrez que en página 12 relata el alumbramiento:

Es el 29 de noviembre de 1787  y en la calle Santo Domingo esquina de Las Claras se abre el portón de la casa N| 37, avanzando desde el fondo del zaguán (…) dos religiosas de regreso del convento. Van conversando a media voz:-Hermoso niño- dice una de ellas- y gracias a Dios, su madre ha quedado muy bien después de su llegada…

Aquellas palabras del Oficial Mayor, académico y escritor, deberían ser antecedente suficiente para que la propiedad en manos de Carabineros fuera reconocida en su mérito histórico. No obstante, hasta el presente nada de eso ha ocurrido y todo indica que el militar chileno más victorioso de las contiendas independentistas, lo llamaban El Cid Campeador chileno, seguirá condenado al desprestigio y crecen interrogantes: ¿Tan grande es el poder de los o’higginistas? ¿Los conservadores aún se creen dueños del país? ¿Eternamente segregarán a Freire por haber sido federalista y sancionado la iglesia? ¿Impedir sombras sobre Bernardo, es un mandamiento fascista?

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Presione Escape para Salir o haga clic en la X