En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el economista de Oxford, actual profesor de la Universidad de Cambridge en Inglaterra y de la Universidad de Santiago de Chile, José Gabriel Palma, aquilató la puesta en marcha del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico para Chile, advirtiendo los escollos que el CPTPP presenta para efectos de erigir un modelo de desarrollo distinto para el país.
Algo que, a su juicio, ha quedado en último plano del debate debido a la defensa que grupos económicos y políticos han esgrimido por mantener el statu quo y a la “deshonestidad” con la que muchos han apuntado a los presuntos beneficios del tratado y negado sus consecuencias.
“Lo más importante que caracteriza al TPP11 es que son como seis tratados sobre cosas que no tienen nada que ver una con la otra”, partió explicando Palma, apuntando a que “sólo uno de ellos es comercial y ganamos muy pocos beneficios porque ya tenemos tratados comerciales con todos los demás países del TPP. Los otros, que se esconden detrás de eso, son temas que no tienen nada que ver con lo comercial y son dañinos para el país”.
Así, lo comercial es un acápite del también conocido TPP11 que surge como una suerte de anzuelo para endosar asuntos como la expropiación indirecta y la restricción de propiedad intelectual, añadió.
“El problema del tratado es que nos pone una camisa de fuerza. Cualquier cambio que hagamos en nuestra estrategia productiva hoy día implica necesariamente cambios de política económica, cambios de regulación, y en la intervención del Estado” y a su vez cualquier cambio “que afecte la rentabilidad actual del cualquier conglomerado multinacional o chileno -eso es otro tema que no se discute- tiene derecho a compensación”.
Por lo demás, relevó que “la compensación no la fija las Cortes Chilenas sino las cortes de fantasía, las del CIADI, que son totalmente sesgadas a favor de las multinacionales y eso está probado hasta estadísticamente, 3/4 de los fallos son a favor de las multinacionales y entre más grande la multinacional más probabilidades tiene de ganar”.
De tal modo, Palma aseguró que la integración de Chile al tratado hace prácticamente inviable una reingeniería de la estrategia productiva. “¿Cómo vamos a hacer un cambio de estrategia productiva si cualquier cosa que queramos cambiar por definición afecta a los conglomerados actuales? En lo viejo, lo sucio, todo lo obsoleto, en todas las cosas que tenemos que cambiar”, cuestionó.
Y acotó que “la estrategia productiva que hemos seguido hace años, primaria exportadora, es una estrategia que dio lo que podía dar y hace mucho tiempo se agotó”.
“El crecimiento de la productividad en agricultura y minería en Chile fue más de 5% al año por más de 40 años consecutivos, de Frei Montalva y la reforma agraria, la chilenización del cobre para adelante, hasta a principios de los 2000 (…) Pero como toda estrategia productiva tiene su fecha de vencimiento, ya llegamos a un punto en que lo extractivo ya dio lo que podía dar y el crecimiento de la productividad, después de haber llegado a más de 5% por año, cayó al 1% anual”.
Por otro lado, detallando las repercusiones que el TPP ha tenido en otros países comerciantes, Palma señaló que “En México, un país con los peores índices de obesidad en el mundo, una multinacional ya llevó al país a las cortes del CIADI porque le colocó un impuesto a las bebidas azucaradas. O sea, la racionalidad de lo que se hace no importa, el hecho que se tome una medida que afecte a la rentabilidad de una multinacional amerita compensación, y ella se decide en una Corte sesgada. Nunca nadie ha explicado por qué eso no lo pueden decidir nuestras Cortes nacionales”.
“Cuál va a ser el sentido de colocarle un royalty de verdad a las mineras que exportan concentrado para incentivarlas a que al menos refinen para que empiece el proceso de industrialización si después ese mismo recurso que se recibe por el royalty hay que devolverlos como compensación porque se les cambió las reglas del juego a las multinacionales”, espetó.
Defensa del statu quo
Con todo, el economista denunció una deshonestidad en la manera en que se ha presentado los beneficios de la integración de Chile al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico y aseguró que incluso de los 1.228 productos que tendrán rebaja arancelaria con su puesta en marcha, menos de la mitad son de relevancia para Chile y menos de la mitad de eso tiene relevancia inmediata.
“Como ya tenemos tratados con los otros países, esos tratados bilaterales sería muy fácil renegociarlos para incluir los productos adicionales que nos da el TPP. O sea, podríamos tener las ventajas comerciales del TPP sin los costos del TPP, pero eso no se dice”, acusó.
Por tanto, afirmó que “en el fondo el TPP es un seguro contra el cambio”. “El actual modelo ya no tiene espacio para generar más crecimiento a la productividad, pero la rentabilidad que tienen dentro de él los grandes conglomerados no lo obtienen en ningún otro país del mundo”.
“Hasta el Financial Times, en un estudio que hizo, mostró que Antofagasta Minerals, de todas las grandes empresas del rubro material que cotizan en Londres, no solo cobre, es la que ha distribuido los mayores dividendos en el mundo”.
“Ninguna de esas empresas ha dado los dividendos que da Antofagasta Minerals de los Luksic en el periodo que ellos estudian”, recalcó, aduciendo que “el nivel de rentabilidad que ellos tienen con el modelo actual es altísimo, entonces quieren más de lo mismo, porque cualquier cambio significa riesgo, tener que invertir, hacer innovación en tecnología. Significa meterle un poco más de energía”.
Con esas consideraciones, Palma concluyó que “si uno está en contra del cambio, el TPP es un regalo del cielo. Les dice: no se preocupen, da lo mismo lo que diga la mayoría de Chile, el Gobierno que ustedes escojan, el programa económico que el Gobierno tenga, la mayoría que haya en el parlamento por ese cambio de estrategia productiva da lo mismo todo. Sea cual sea la racionalidad del cambio, hay que pagar compensación”.
Ahora, si bien consideró esperable una defensa del TPP desde las huestes de la derecha, vio incomprensible su promoción por parte de personeros del mundo progresista. “Ahí la confusión ideológica que tiene la izquierda en Chile respecto de las materias económicas es algo realmente patológico, porque querrán algunas cosas progresistas en algunas áreas, pero están casados con el más de lo mismo en materia de política económica como la derecha o incluso la ultraderecha”, criticó.
Cartas Paralelas
En otro punto del análisis, el académico dijo estar a favor de que se avance en las cartas paralelas con los países comerciantes del TPP, ya que de ese modo, las Cortes Chilenas podrán ser las que diriman el monto a compensar a raíz de una afectación en la rentabilidad de las multinacionales.
Sin perjuicio de ello, reparó en que “aunque todos los países firmen las cartas paralelas, el 90% de lo malo del TPP sigue igual, no cambia nada (…) lo único que cambia es quien decide la compensación, si decide una corte sesgada como las cortes del CIADI o las que se suponen que son más objetivas, las cortes chilenas”.
Por lo demás, advirtió la probabilidad que hay en que los intentos del Gobierno resulten infructuosos. “Nueva Zelanda ha estado tratando de hacer cartas paralelas hace cuatro años, por lo tanto, ya se sabe cuáles de los países que están dispuestos a firmar y cuales no”.
“Ya se sabe que Japón no está dispuesto a hacerlo, Canadá no está dispuesto a hacerlo, entonces lo que va a ser Chile es tratar que los países que le dijeron que sí a Nueva Zelanda, le digan que sí. Ya se avanzó con México, por supuesto con Nueva Zelanda y probablemente se avance con un par más, pero el resto de los países relevantes, porque son los países de donde vienen las multinacionales que están en Chile, no van a firmar.
Finalmente el economista rescató que “el nuevo subsecretario (José Miguel Ahumada) ha sido el primero en tratar de transparentar de qué se trata realmente el TPP, y lo han criticado por eso desde todos los sectores, incluso de dentro del Gobierno”.