Rodolphe Jaar, un empresario haitiano-chileno de 50 años, se declaró culpable en el caso del magnicidio del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021.
Jaar admitió haber brindado apoyo material y recursos a sabiendas de que serían utilizados para secuestrar y matar al mandatario haitiano. Él es el primer imputado en Estados Unidos en declararse culpable en este caso.
Según informan medios estadounidenses, Rodolphe Jaar es un narcotraficante convicto que cooperó con EE.UU. “en una investigación importante sobre el contrabando de cocaína hace una década”.
Moïse fue asesinado a tiros por un grupo armado en su residencia privada de Puerto Príncipe en julio de 2021. La investigación estadounidense reveló que el magnicidio se debió a las ansias de dinero y poder de varios de los inculpados en Estados Unidos.
La acusación sostiene que Jaar alojó al grupo de colombianos que participó en el hecho y les proporcionó armas. Al declararse culpable, el exinformante de la agencia estadounidense antidrogas se compromete a colaborar con la investigación con la esperanza de obtener una reducción de la condena.
La investigación estadounidense también ha llevado al arresto de otros sospechosos, como el venezolano Antonio Intriago y el colombiano Arcángel Pretel Ortiz, gestores de la firma de seguridad CTU en Miami.
Intriago y Ortiz idearon un plan para secuestrar a Moïse y sustituirlo por Christian Sanon, un ciudadano estadounidense-haitiano que quería presidir el país caribeño. Sanon también está inculpado en Estados Unidos.
Según informó la Fiscalía de los Estados Unidos, fue a través de la empresa de seguridad CTU que aproximadamente 20 ciudadanos colombianos y otros tantos haitianos, Jaar entre ellos, fueron contratados con el fin de secuestrar y matar al presidente haitiano.
El haitiano-chileno fue arrestado en enero de 2022 en República Dominicana y viajó voluntariamente a Estados Unidos.
La muerte del presidente haitiano afectó aún más un país ya afectado por la pobreza, la violencia y la inestabilidad política.