Las serias dificultades para enfrentar la situación política y económica, con una inflación que ha superado el 100 por ciento, un crecimiento del desempleo y altos niveles de corrupción que quedó al descubierto con el terremoto que afectó al país, serían las principales razones por las que el electorado de Turquía se inclinó por la oposición y allanó el camino para disputar la presidencia en una segunda vuelta electoral, que se realizará el 28 de mayo próximo.
Así lo afirmó el sociólogo, periodista y analista internacional, Raúl Sohr, quien se refirió los resultados de las elecciones presidenciales y legislativas de este domingo, donde el Presidente Recep Tayip Erdogan se mantiene a la cabeza de la disputa con el 49,4% de los votos, frente al 45% de su principal adversario, Kemal Kiliçdaroglu.
En tanto, en las elecciones legislativas, el oficialismo obtuvo una mayoría absoluta, según las últimas informaciones.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, Sohr afirmó que este es un “gran triunfo para la oposición porque Erdogan y el conjunto del sistema, incluido su partido, mantienen un control muy fuerte de los medios de comunicación y es una competencia electoral muy dispareja, donde el Presidente tiene a su partido sólidamente organizado, con 20 años de gobiernos continuos, en el que ha afianzado una serie de mecanismos de control de la sociedad, especialmente en los sectores más pobres y rurales”.
Sin embargo, el analista indicó que los resultados de estas elecciones están relacionados “probablemente a las tremendas dificultades de su gestión, especialmente en el último tiempo que ha adquirido un carácter más autoritario, y la economía está muy averiada”, a lo que se suma que luego del terremoto quedó al descubierto una trama corrupta con el derrumbe de decenas de edificios modernos que no cumplían con los requisitos de construcción.
Sohr agregó que todos estos hechos combinados, “han debilitado a Erdogan y cualquier gobierno que dura 20 años paga un precio por el desgaste. También hay que reconocer que el Presidente logró establecer un modelo de crecimiento de industrialización y ha hecho de Turquía una potencia en la región”.
Asimismo, afirmó que el modelo turco se ha caracterizado por la “autonomía política que ha demostrado Erdogan” como ocurrió con la invasión de EE.UU a Irak, donde los norteamericanos querían ingresar a este país por el norte de Turquía y el gobierno se lo negó. “Ese es un reto no mayor que no muchos países pueden darse el lujo de enfrentar de esa manera en medio de una operación militar, considerando que son aliados estrechos y son miembros de la OTAN y mucho del armamento turco proviene de EE.UU”, precisó.
Por otro lado, Sohr afirmó que, junto con esta política, Erdogan ha “tenido una postura de islamización de Turquía y la tradición del país, desde el fundador de la Turquía moderna (Mustafa Kemal) Atatürk, es que se optó por una sociedad laica y no controlada por patrones religiosos. Ese es un tema que está dividiendo de forma muy fuerte a la sociedad y se está viendo en estas elecciones, donde la juventud y los nuevos votantes, que son más de 5 millones, tienden a rechazar el control religioso”.
Respecto de la figura del opositor Kemal Kiliçdaroglu, el analista indicó que se trata de un socialdemócrata que cuenta con el apoyo de seis partidos que promete “volver a Turquía a una sociedad democrática, ha prometido que el Congreso va a tener mayor gravitación y está proponiendo levantar muchas de las medidas restrictivas sobre las mujeres (…) con un mayor balance de los poderes del Estado y él tiene una posición en alguna medida, más pro-occidental, especialmente orientada a la Unión Europea”.
Una de las ofertas electorales que ha hecho Kiliçdaroglu es “volver a la UE, tema que Erdogan también quería, pero la alianza europea se negó a llevar adelante las negociaciones que Turquía sí quería. Eso llevó a que en algún momento el Presidente señalara que ´la UE era un club católico y nosotros como musulmanes no nos vamos a humillar y no vamos a ingresar a cualquier precio´”.
Frente a las posibilidades reales que tiene Kiliçdaroglu de impulsar los cambios, Sohr afirmó que si bien será difícil acceder al poder dado el control de Erdogan en el parlamento, existe un aspecto muy importante del actual Presidente y es el hecho que libró a la sociedad turca “del tutelaje militar”.
Explicó que después del intento de golpe de Estado de 2016, el Presidente dio de baja a una cantidad importante de oficiales porque hasta antes de su gobierno las FFAA eran “el poder tras el trono” y terminar con ese tutelaje “es un logro y que siga en el gobierno o no, le ha hecho un gran servicio a la sociedad turca”, dada la estabilidad democrática que necesita el país.