La primera de las medidas del Gobierno, aprobada por el Congreso y refrendada por el Ejecutivo, indicó que los militares estadounidenses llegarán al país con armas de guerra para realizar “actividades de cooperación de entrenamiento” autorizando asimismo el ingreso de “medios aéreos, medios náuticos y personal militar” de Estados Unidos, asociados con las fuerzas armadas peruanas en el Ejercicio Militar Internacional “Resolute Sentinel 2023” (Centinela Resuelto 2023), cuyas actividades se realizarán en distintas fechas comprendidas entre este 1º de junio y el 31 de diciembre próximo.
Según el anexo adjunto, publicado en el diario oficial El Peruano, un primer grupo encargado del entrenamiento estará compuesto por 25 miembros de las Fuerzas Especiales de EE.UU. que contarán con fusiles, pistolas, ametralladoras, lanzagranadas, cañones cortos, morteros y escopetas.
Durante su permanencia, efectuarán actividades con el Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales Conjunta, las Fuerzas Especiales Conjuntas y las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Marina de Guerra. Además, con el Grupo de Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea, la Dirección Antidrogas y la Dirección de Fuerzas Especiales de la Policía Nacional.
De acuerdo con lo informado por el gobierno peruano, el ingreso de los militares enviados por el Pentágono se producirá en distintas fechas. Es así como un primer grupo de 42 miembros de las Fuerzas Especiales estadounidenses participará en un entrenamiento con el Comando de Inteligencia y Operaciones Especiales Conjuntas, la Fuerza Especial Conjunta y el Grupo de Fuerzas Especiales de la Fuerza Aérea del Perú (FAP).
Otros 160 militares estadounidenses, que contarán con 9 aeronaves, entrenarán con el personal de los grupos aéreos número 3, 8 y 11 de la FAP, del Centro de Operaciones Especiales y del Centro Nacional de Imágenes Satelitales. Finalmente, en el ejercicio “Resolute Sentinel 2023” participarán 970 militares estadounidenses de la Fuerza Aérea (USAF), Fuerza Espacial (USSF) y las Fuerzas Especiales estadounidenses. Estos efectivos, además de su armamento, contarán no sólo con aviones, sino también con camiones militares y botes de respuesta rápida.
Según lo expuesto, los entrenamientos se efectuarán en Lima, Callao, Loreto, San Martín, Santa Lucía, Huánuco, Ucayali, Pasco, Junín, Huancavelica, Cusco, Ayacucho, Iquitos, Pucusana y Apurímac. Además, un equipo estadounidense conformado por cinco especialistas en asuntos sociales y un planificador de asuntos civiles “proporcionarán apoyo y asistencia en determinadas operaciones especiales” a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, según el informe oficial.
El día en que el Congreso de Perú aprobó la entrada de militares estadounidenses -el pasado 19 de mayo- sólo se opuso a la moción la bancada de izquierda, argumentando que su presencia en territorio peruano no garantizará la seguridad nacional, ni mucho menos la soberanía.
Al respecto, el ex ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Béjar, recordó que el Gobierno peruano es “resultado de un golpe de Estado y autor de 70 muertes”. Señaló que la presencia de efectivos estadounidenses no es otra cosa que “un disuasivo, parte de una política que intenta atemorizar al pueblo peruano, que ya ha anunciado nuevas protestas para julio próximo”.
