Naciones Unidas: el mundo se encamina a erradicar el Sida en 2030

El informe elaborado por el Programa de Onusida especifica que en zonas tan afectadas por la enfermedad como el África subsahariana, donde el 65% de la población vive con VIH, se están logrando grandes avances en la erradicación de la enfermedad.

El informe elaborado por el Programa de Onusida especifica que en zonas tan afectadas por la enfermedad como el África subsahariana, donde el 65% de la población vive con VIH, se están logrando grandes avances en la erradicación de la enfermedad.

El informe del organismo especializado se titula “El camino que acaba con el SIDA” y contiene datos y estudios de casos prácticos que muestran resultados extraordinarios  en algunos países, gracias a que líderes locales han tomado determinadas medidas que  ofrecen una hoja de ruta para enfrentar futuras pandemias y avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Ese sería el caso de naciones como Botswana, Esuatini (ex Swasilandia), Ruanda, la República Unida de Tanzania y Zimbawue donde ya se alcanzaron los objetivos “95-95-95”. Ello quiere decir que en dichos países el 95% de las personas con Sida conoce su estado, el 95% está recibiendo tratamiento y el 95% de quienes están bajo tratamiento están logrando la supresión del virus. Del mismo modo, el número de personas que reciben tratamiento antirretroviral se ha cuadruplicado: de 7,7 millones en 2010 a 29,8 millones en 2022. Además, otros 16 países están ad portas de conseguirlo.

No obstante, los datos entregados por el organismo apuntan a que en 2022 alrededor de 630.000 personas fallecieron de enfermedades relacionadas con el Sida en todo el mundo, lo que equivale a que el flagelo cobró la vida de una persona por minuto durante 365 días. Asimismo, unos 9,2 millones de seres humanos sigue sin acceso al tratamiento, incluidos 660.000 niños que viven actualmente con VIH. Se destaca, asimismo que uno de los problemas más serios para poder continuar por esta senda de mejoría, es el financiamiento internacional para los países cuyos ingresos son bajos y medios: éste se estancó en 20.800 millones de dólares en 2022, en circunstancias que para 2025 serían necesarios 29.300 millones. “El final del SIDA es una oportunidad para que los líderes de hoy dejen un legado singularmente poderoso”, declaró la directora ejecutiva de la agencia, Winnie Byanyima. “Podrían ser recordados por las generaciones futuras como aquellos que pusieron fin a la pandemia más mortífera del mundo. Podrían salvar millones de vidas y proteger la salud de todos. Podrían demostrar lo que puede hacer el liderazgo”, sostuvo. Esto significa tomar decisiones basadas en los datos, la ciencia y las pruebas; abordar las desigualdades que frenan el progreso; y capacitar a las comunidades y a las organizaciones de la sociedad civil en el vital papel de dar respuesta al desafío.

En tanto, la infección no da tregua: las mujeres y las niñas son las más vulnerables. Cada semana que pasa mueren más de 4 mil niñas, adolescentes y mujeres jóvenes contagiadas de Sida, representando al 63% de todas las nuevas infecciones; ello, a pesar del progreso que ha tenido la acción anti-sida en el África subsahariana en 2022.

Por su parte, en los países latinoamericanos se han logrado importantes avances en la ampliación del acceso al tratamiento del VIH, aunque no tantos en materia de prevención. Es cierto que el número de muertes relacionadas con el Sida disminuyó un 32% desde 2010, pero el número anual de nuevas infecciones por VIH aumentó un 8% entre 2010 y 2022. Por lo demás, sólo nueve países proporcionan PrEP oral (profilaxis previa a la exposición) y por demanda a personas de poblaciones clave.

Otra faceta importante es que el número de nuevas infecciones por VIH en el Caribe se redujo un 15% entre 2010 y 2022. La ampliación de la cobertura para el tratamiento llevó a que el número de muertes relacionadas con el Sida disminuyera en un 53% entre 2010 y 2022, aunque la tasa de disminución varió según los países. Sin embargo, el diagnóstico de la enfermedad por VIH avanzado sigue siendo un reto. Si se abordan las desigualdades y la estigmatización, es probable que la cobertura del tratamiento y los resultados mejoren aún más, según el informe.

Los avances en la respuesta al Sida se han visto reforzados cuando se logra instaurar marcos jurídicos que protegen los derechos humanos. Varios países despenalizaron las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo en 2022 y 2023: Antigua y Barbuda, las Islas Cook, Barbados, Saint Kitts y Nevis, y Singapur. Gracias a medidas como esta, el número de personas que recibieron tratamiento antirretrovírico en todo el mundo casi se cuadruplicó, pasando de 7,7 millones en 2010 a 29,8 millones en 2022.

En ese sentido, el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, recordó que “toda política que discrimine, estigmatice y criminalice a los grupos marginados o a las personas que viven con el VIH, reduce las probabilidades de que accedan a las pruebas, el tratamiento y los servicios de prevención”. Añadió que para que las respuestas al Sida sean eficaces, deben basarse en los derechos humanos. “Necesitamos un liderazgo político que erradique la discriminación y las desigualdades, y que garantice que las organizaciones comunitarias puedan trabajar en un espacio cívico libre y abierto”, declaró.





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