La impunidad, la democracia, la justicia, la lucha de las mujeres, la memoria, el cuestionamiento a la historia oficial, la perspectiva política de personajes populares y las consecuencias de la dictadura en las diferentes generaciones. Estos son solo algunos de los tópicos que atraviesan la producción teatral de la compañía Teatro Los Barbudos, y que están condensados en el libro “Justicia, Utopía y Militancia”, publicado este mes por Ediciones Oxímoron en su colección Escena, dedicada a la dramaturgia.
El volumen, que se enmarca en los diez años de la compañía y en la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, recoge tres obras que fueron parte de la cartelera nacional e internacional en diferentes temporadas: “Yo maté a Pinochet”, “El país sin duelo” y “El hombre que devoraba a las palomas”; las cuales podrán ser conocidas por el público en cualquier tiempo y territorio gracias a la publicación del trabajo dramatúrgico del director de la compañía, Cristian Flores.
Las obras se proponen como espacios de reflexión, en donde sus personajes quieren saber y adentrarse en tabúes familiares, relatos incompletos e historias de personajes anónimos, cuyas heridas personales pueden leerse como metáforas de las huellas de la violencia en la sociedad, así como un espacio de justicia por las posibilidades discursivas que entrega el teatro.
Estas obras, señala Flores, “hacen un ejercicio de justicia sobre lo que quedó silenciado, invisible, proponiendo que la memoria no se puede acotar solamente a los relatos que desde del Estado o desde las políticas públicas se generaron”; relevando en estas propuestas escénicas las militancias populares, las historias menos conocidas, las subjetividades políticas de personas de otros sectores de la sociedad.
“Me interesa disputar, ser antagonista del relato oficial, de ese relato que se centra exclusivamente en la victimización de las personas, borroneando todas las otras dimensiones políticas que las constituyen, y del “triunfo democrático” después. Porque sí, pareciera que en Chile derrotamos la dictadura, pero lo que yo digo es que fuimos derrotados por la historia. Entiendo lo político como un antagonismo, como una disputa de los imaginarios, de los sentidos, y que propone otras formas de contar la historia y de hacer otras preguntas”, agrega.
Tres obras de teatro político
“Yo maté a Pinochet”, estrenada el año 2013, es el título de la primera obra, prologada para este compilado por el académico y filósofo Adán Salinas. En ella, un ex combatiente narra un hecho inaudito e inverosímil: haber asesinado al dictador y que este fue suplantado para aparentar normalidad. Con este gesto -el monólogo que recorrió ciudades como Santiago, Valparaíso, Los Ángeles, Punta Arenas y Antofagasta, y que a nivel internacional llegó a Madrid, San Sebastián, Lyon, Montpellier, Buenos Aires, entre otras ciudades- aborda la impunidad, los anhelos de justicia y la lucha anónima de muchas personas que se encarnan en el personaje, Manolo.
Le sigue “El país sin duelo”, obra estrenada el año 2018, cuyo prólogo está a cargo de Beatriz Bataszew, sobreviviente del centro de detención y tortura “Venda Sexy”. La pieza, que se presentó en Santiago y en Montpellier, Francia, aborda la historia de tres mujeres de diferentes generaciones -abuela, madre e hija- que a propósito del fallecimiento de una antigua amiga de la familia, se encuentran con una historia oculta para ellas y para la sociedad: la violencia dictatorial contra las mujeres y su rol como luchadoras sociales.
Finalmente se encuentra “El hombre que devoraba a las palomas” del año 2022, prologada por el periodista Daniel Labbé. También presentada en Santiago y en Montpellier, Francia, la obra reúne en un peculiar espacio de Santiago (una copa de agua) a dos personas que se ocultan del toque de queda: una mujer que casualmente llega allí, y a un hombre que lleva un largo tiempo en ese lugar. Ambos buscan esconderse por distintas razones que están atravesadas -para ella- por el miedo, y -para él- por la rabia, además de la transversal impunidad como motor de ambos sentimientos.
Gira por Europa
Junto con la publicación del libro, la compañía desarrollará una gira por Europa. Dentro de las paradas se encuentran Barcelona (España) el 15 de septiembre -como parte del encuentro 50 años 50 preguntas en el espacio Nau Ivanov-, Feldberg (Alemania) y Toulouse (Francia), escenarios a los que llegará la obra “Yo maté a Pinochet” y con el libro “Justicia, Utopía y Militancia”.
“Esta es una gira conmemorativa que coincide con los 10 años del estreno de Yo Maté a Pinochet. Las funciones van acompañadas de unas preguntas abiertas al público: ¿cómo hacer de la memoria de estos 50 años una memoria inquietante? y ¿cómo hacer de la memoria una práctica política? Las presentaciones se enmarcan en actividades que han organizado artistas y activistas chilenos que viven en España, Francia y Alemania, para conmemorar estos 50 años y preguntarnos qué ha pasado recientemente y cómo podemos aportar desde fuera del país a pensar en la justicia, la verdad, la reparación, y a partir de ahí, en futuros posibles”, detalló Cristian Flores.
Cristian Flores es actor, director y dramaturgo proveniente de la población La Victoria de Santiago. Se formó como actor en la Universidad de Chile, es Máster en Teatro y Artes Escénicas de la Universidad Complutense de Madrid y actualmente es Doctorando de la misma casa de estudios.
El año 2008 fundó su primera compañía, Teatro Errante, que trabajó en torno al teatro popular. Luego, el 2013 formó la compañía Los Barbudos, con la que desarrolló una nueva exploración escénica desde el teatro político con las obras “Yo maté a Pinochet” (2013), “El país sin duelo” (2018) y “El hombre que devoraba a las palomas” (2021), que componen la trilogía “Justicia, Utopía y Militancia”.
Reseñas de las obras
Yo maté a Pinochet: A treinta años del retorno a la democracia en Chile ¿qué dirías si un día un desconocido, nos viene a cambiar la versión sobre la muerte del Dictador, confesando que él logró acabar con Pinochet, y que toda la historia que se ha escrito desde 1997 hasta su supuesta muerte es completamente falsa? Manolo, un ex combatiente de un grupo revolucionario, nos cuenta sobre el reencuentro con personas de su pasado a las que les revela, impulsado por la nostalgia y por el deseo de darle sentido a sus decisiones y a sus pérdidas, que él mató a Pinochet.
El país sin duelo: La hija solo quiere saber más, no deja de interrogar. La madre no quiere hablar, solo quiere olvidar. La abuela evade; el pasado ya fue, hay que mirar para adelante. Tres mujeres, tres generaciones que se enfrentan al silencio, a una memoria política invisible. La obra gira en torno a la militancia femenina en la época de Dictadura, la violencia política sexual ejercida contra las mujeres en centros de tortura y las consecuencias que esto ha acarreado de generación en generación, encubriendo una herida aún abierta.
El hombre que devoraba a las palomas: Una de tantas noches de toque de queda, un hombre al interior de una copa de agua se prepara para salir. Debe cumplir con una promesa. Sin embargo, la aparición de una mujer lo detiene. Alicia no logró llegar a su casa y, siguiendo unas palomas, encontró este lugar para esconderse y pasar la noche. Está perturbada y tiene miedo. Arturo no sabe si sueña o está despierto, porque aunque no la conoce, se le ha aparecido en sueños. ¿Qué hacen en ese lugar? ¿Hace cuánto tiempo? Ambos buscarán respuestas, pero las únicas que las saben son las palomas. La obra se pregunta sobre el sentido de hacer justicia en una sociedad que olvida, y se basa en el cruce de dos historias reales. Una es sobre un joven asesinado por agentes del Estado chileno en plena democracia, el caso de Rodrigo Briones, estudiante de 17 años asesinado por Carabineros en la población La Victoria en 1992. Y la otra, es sobre un militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez que se escapó de agentes de la dictadura de Pinochet y se escondió en una copa de agua en la Villa Olímpica, cerca del centro de detención y tortura José Domingo Cañas.