Los diálogos sobre la unidad del Frente Amplio, un momento para reflexionar

  • 12-10-2023

Durante los próximos meses las fuerzas políticas del Frente Amplio desarrollarán una de las más importantes discusiones políticas a lo largo de su historia: la posibilidad de avanzar hacia la conformación de un partido unitario, en que confluyan sus actuales partidos y movimientos.

Considero fundamental que las y los militantes frenteamplistas comprendamos que este es el momento de poner en el centro a nuestro país y cómo podemos contribuir a la consolidación de una alternativa transformadora. Este proceso será una valiosa oportunidad; no para hablar de nosotros, sino para hablar de Chile y de cómo podemos aportar a la construcción de un país más justo.

Creo firmemente en que nuestro partido, Revolución Democrática, afrontará esta definición colectiva como siempre lo ha hecho, de forma profundamente democrática y con la responsabilidad que el actual momento político demanda.

Revolución Democrática nunca ha elegido el camino fácil y siempre ha puesto en primer lugar contribuir a construir un país más justo. Lo hicimos en diversos momentos: cuando decidimos conformar un partido político viniendo desde las luchas sociales, al aportar al impulso de la Reforma Educacional en el gobierno de la presidenta Bachelet, al impulsar la construcción del Frente Amplio como coalición política, al decidir disputar y construir desde los gobiernos locales, al contribuir a la construcción de nuestro programa transformador y al triunfo del compañero presidente Gabriel Boric. Lo hemos hecho siendo un partido con profunda lealtad a este gobierno transformador e incluso en nuestros momentos más difíciles, anteponiendo siempre la defensa de nuestros principios.

Estoy convencido de que es necesario avanzar hacia la unidad del Frente Amplio para enfrentar el desafiante contexto político en que nos encontramos y frente a la posibilidad de una regresión conservadora que tenga graves consecuencias durante décadas para nuestro país. Sin embargo, también considero importante que en los diálogos de los próximos meses tengamos muy presente que la suma de siglas no necesariamente tiene resultados positivos, y que si nos embarcamos en el desafío de la construcción de un partido unitario debe ser para consolidar una fuerza política superadora de nuestros actuales partidos, que potencie nuestras fortalezas y se haga cargo de nuestras debilidades.

En este contexto, hemos sido capaces de construir partidos políticos capaces de afrontar sucesivos desafíos electorales con gran éxito y de concretar nuestro proyecto país a través de programas de gobierno consistentes y de gestiones gubernamentales responsables y comprometidas con avanzar en las demandas sociales que se encuentran en nuestro origen, consolidándonos como una alternativa política para nuestro país.

Sin embargo, ahora debemos enfrentar el desafío de nuestra consolidación como proyecto político, trabajando con perspectiva de largo plazo. De lo vertiginosa y veloz que ha sido la última década para nuestra militancia, tenemos que abrir un nuevo tiempo en nuestra construcción política. Para las próximas décadas, el desafío del Frente Amplio es consolidar una fuerza política consistente, con fortaleza ideológica y orgánica, capaz de impulsar las transformaciones que nuestro pueblo demanda. Una fuerza política que dispute política y culturalmente la construcción de un país más justo, que eche raíces sólidas en nuestro pueblo y que exista como alternativa en cada rincón de Chile.

Abordando estos desafíos de largo plazo es que podremos construir una unidad que nos permita consolidar un proyecto político que se parezca cada vez más a Chile y que responda a los compromisos que hemos asumido con nuestro pueblo.

Matías Sembler, sociólogo y militante de Revolución Democrática

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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