Lucía Dammert: "Bukele tiene éxito porque todo lo que tratamos de hacer desde la centro izquierda en América Latina lo hicimos mal”

En el programa Tras las Líneas, la socióloga señaló que "tenemos la tormenta perfecta" en la región para generar "carreras criminales". En relación a Chile, señaló que el Gobierno tiene que partir asegurando los territorios con mayores homicidios.

En el programa Tras las Líneas, la socióloga señaló que "tenemos la tormenta perfecta" en la región para generar "carreras criminales". En relación a Chile, señaló que el Gobierno tiene que partir asegurando los territorios con mayores homicidios.

En conversación con el programa Tras las Líneas, conducido por el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2007, Manuel Antonio Garretón, la socióloga experta en temas de seguridad y académica de la Universidad de Santiago (USACh), Lucía Dammert, se refirió a la relación de la seguridad pública y las sociedades en América Latina y Chile.

La socióloga abordó cuatro componentes centrales que inciden en las particularidades del desarrollo en la criminalidad en la región: una institucionalidad pública débil, que el mundo de la política deja la seguridad en manos de cambios legales, una región marcada por la multiplicidad de mercados ilegales que penetran las instituciones de gobierno propiciando la corrupción y un alto abandono escolar.

Para Dammert, estos factores en cualquier lugar del mundo generan “carreras criminales”. “Tenemos la tormenta perfecta porque son pocos los elementos protectores que tiene la región en términos de legitimidad institucional o en términos de los elementos para poder enfrentar esta situación y podemos también incluirle a esto: sociedades desconfiadas, atemorizadas, que no quieren vincularse con un otro que ven como un posible delincuente y eso sigue aumentando es un círculo vicioso entre el temor, la sensación de inseguridad y la búsqueda de salidas rápidas”, declaró.

Respecto al caso chileno, la académica apuntó a que “siempre el temor fue muy alto, desde la primera encuesta CEP de 1990, entre las primeras dos o tres prioridades de la población está la lucha contra la delincuencia, que toma generalmente el primer lugar dependiendo de los momentos de crisis económica, pero en la tendencia longitudinal 1990, 2022 o 2023, la delincuencia siempre ha sido un problema fundamental de la sociedad chilena aún cuando éramos los más estables“. 

En referencia al rol de las policías en el contexto nacional, la socióloga sostuvo que este debate estuvo ausente hasta el estallido social a raíz de la violación de derechos humanos, donde se abrió la discusión en relación a la sensación de que la policía no estaba haciendo lo que debía hacer.

En ese sentido, Dammert afirmó que “es ahí también donde la izquierda, la centro izquierda también empieza a revisar qué puede proponer para hacer de esto no un área policial vinculada a los temas más militarizados, sino verdaderamente un área de política pública”.

Consultada respecto al caso de El Salvador, Dammert afirmó que “Bukele tiene éxito porque todo lo que tratamos de hacer en el mundo de la centro izquierda por 20 o 30 años en América Latina, lo hicimos mal, y este es un mea culpa que tenemos que hacer porque no es que la prevención del delito, no funciona, lo que pasa que se hizo una prevención del delito mal financiada, puntual, esporádica”.

“No es que el sistema de, por ejemplo, la reinserción penitenciaria no funciona, funciona pero ni nosotros en Chile ni nadie en América Latina tiene un verdadero programa que te diga ‘mira, en realidad existen alternativas a la cárcel que generen rompimiento de carreras criminales'”, sostuvo.

En esa línea, Dammer indicó que las estrategias de prevención “al no estar bien hechas han generado una sensación, no solamente de temor en la población, sino una sensación profunda de impunidad y lo que hace Bukele con todos los problemas que tiene, su entrada con los militares al Congreso, su estado de excepción permanente, la cero transparencia en todo lo que ocurre en su país en fin, con todas esas cosas, lo que hace es una estrategia de agarrar y barrer con todos los jóvenes de sectores populares de entre 17- 18, llevarse a todos a pesar de que no tuvieran necesariamente la certeza de que están vinculados con delitos”.

“En este caso, sin duda, la gente tiene todo el derecho de sentirse mejor porque puede salir al parque, y la gran preocupación es cómo todos aquellos que estamos estudiando estas áreas y que queremos mantener políticas democráticas, generamos alternativas reales que puedan impactar en el delito, pero en un proceso que no sea violando los derechos de mucha gente”, sostuvo.

Para Dammert, “hoy el principal desafío que tenemos es la constitución de equipos multiinstitucionales de ambas policías, el Ministerio Público, probablemente capacidades de inteligencia policiales que permitan junto con el Ejecutivo en su diversas ramas, que permitan enfrentar los fenómenos de violencia focalizada que hay en 10 o 12 puntos del país donde se han generado estos aumentos de los homicidios”.

En cuanto a las medidas que puede adoptar la actual administración, Dammert enfatizó que “el Gobierno tiene que partir no solo por las grandes transformaciones institucionales y, todo esto, sino tiene que partir asegurando los territorios donde hoy día hay mucha concentración de homicidios y otro tipo de delitos muy violentos sean entre comillas reganados al espacio de lo público y sean reganados por la presencia institucional”.

“El desafío no es tan imposible porque además todas están muy centrales en la Región Metropolitana y en tres o cuatro otras regiones del país, pero -sin eso- es muy difícil avanzar porque la ciudadanía no va a creer que estamos avanzando en términos de eficacia de capacidad y finalmente de disminución de la violencia”, zanjó.





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