Pensiones, de lo concreto a lo ideológico

  • 17-01-2024

En tiempos en que se denuesta injustamente la palabra “ideología”, habría que precisar que el debate sobre la reforma de pensiones es profundamente ideológico. Esto es así para el conjunto de las fuerzas políticas que debaten en el parlamento, pero en especial para la derecha, puesto que su participación en esta discusión no ha consistido en hacer una propuesta concreta para mejorar las pensiones, sino en aludir a eslóganes con un trasfondo doctrinario, como por ejemplo el que dice que “los ahorros previsionales son de los trabajadores”.

Con ello, Chile Vamos cree estar interpretando un sentido común mayoritario que se habría plasmado en el plebiscito del 4 de septiembre de 2022, según el cual primaría una adhesión a la capitalización individual. Ello está expresado en la Campaña “Con mi plata no”, que ha sostenido dos cosas: primero, “que la Constitución y las leyes garanticen que los ahorros son de los trabajadores, que son heredables y nadie se los puede quitar”; y, segundo, “que toda cotización, incluido el 6% de cotización adicional, vaya a la cuenta individual del trabajador”. Esta campaña, según su web, es impulsada por “trabajadores, personas de esfuerzo, que queremos defender nuestros ahorros previsionales”, es decir, sería una iniciativa ciudadana, pero su vocero es Francisco Orrego, quien fue reciente precandidato a la presidencia de Renovación Nacional y es un reconocido defensor argumental de las AFPs. O al menos sus opiniones coinciden con los intereses de las aseguradoras.

Si la idea de la capitalización individual fuera mayoritaria, esto se debería en buena medida al impulso que desde los sectores progresistas y/o de izquierda se dio a los retiros, los cuales hicieron creer a parte de la población que sus montos acumulados eran meros ahorros y no una contribución a la seguridad social. Pero ésta, como lo señala no un sector político, sino la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es precisamente un derecho universal, no un asunto individual. Y como señala más específicamente Naciones Unidas en relación al tema que nos atañe “las pensiones sociales son un elemento fundamental del derecho a la seguridad social para las personas de edad cuyo disfrute de los derechos humanos se ve amenazado por falta de una pensión social suficiente”.

La capitalización individual, está debidamente demostrado durante más de 40 años, no ha hecho posible entregar pensiones dignas. Es por lo tanto de sentido común que un proyecto de ley se proponga mejorar las pensiones ahora y no a través de promesas etéreas de dudoso cumplimiento, como la que hizo José Piñera cuando señaló que a 2020 las jubilaciones equivaldrían al 100 por ciento del sueldo de los trabajadores. La urgencia es ahora y cada vez se agrava. En todo caso, la fórmula que por de pronto es mayoría en la Cámara de Diputados está a años luz de ser un sistema de reparto, puesto que de 16 puntos de cotización, 13 serían de capitalización individual y apenas 3 de aporte a un fondo solidario. Éste es el marco preciso del debate, para que tener en cuenta, de modo que los eslóganes no distraigan de lo que se está concretamente discutiendo.

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