Los medios, Piñera y los incendios en Valparaíso

  • 08-02-2024

Desde la tarde del 02 de febrero del 2024 los canales de televisión y los portales de radios y periódicos dieron una cobertura destacada a los incendios que azotan a la Región de Valparaíso, mientras más grande era el siniestro más minutos, letras e imágenes, destinaban los medios de comunicación masiva a informar sobre “la tragedia más grande desde el terremoto del 2010”, como lo repitieron hasta la saciedad.

Por la televisión abierta pudimos informarnos de la cantidad de personas fallecidas y desaparecidas, el número de quienes se quedaron sin vivienda, el drama de miles de familias y animales, el trabajo in situ de las autoridades y las reacciones de políticos y políticas que, en su mayoría, intentan viralizar una imagen en las redes sociales o en un medio de comunicación.

En estas ocasiones, nuestros políticos tratan de contarle a la ciudadanía que estuvieron junto a las personas sufridas, temerosas, necesitadas, algo parecido hacen las influencers que organizaron colectas para comprar alimentos para los damnificados. Lamentablemente, es tan confusa la motivación de sus actos que no es injusto pensar que los primeros lo hacen por votos y las segundas por un “like” en su perfil virtual o un aumento de suscriptores de su red social para adultos, eso hasta que se les ocurra ser parte de la política representativa.

Los medios de comunicación masiva tienen la obligación de cubrir estas tragedias y ese deber se sustenta en la necesidad de trasmitir la comunicación de riesgos, así evitar la multiplicación de víctimas e informar y sensibilizar a la ciudadanía para que el proceso de reconstrucción inmediata se inicie con la solidaridad de la gente. Dicho de otro modo, los medios de comunicación nos impulsan a movilizar las virtudes que tenemos como pueblo y lo hacen proponiéndonos el cómo hacerlo y otorgándole sentido a ese hacer.

Después de días de “cadena nacional televisiva”, alrededor de las 16:00 horas del 06 de febrero, los medios de comunicación masiva decidieron que la Región de Valparaíso y su catástrofe debía ser superada por la muerte del millonario y ex presidente de la república, en dos oportunidades, Sebastián Piñera Echenique. Indudablemente, que esta muerte tiene todos los ingredientes para ser una noticia relevante, sin embargo, por trascendencia e interés público, no debería opacar la “segunda tragedia más grande desde el terremoto del 2010”.

Permítanme ejemplificar con el canal público, el 06 de febrero su noticiero central tuvo una duración de 1 hora y 33 minutos: le dedicó a la muerte del expresidente 1 hora 23 minutos y la tragedia de la Región de Valparaíso fue presentada durante 10 minutos, posteriormente, siguieron con un programa especial de alabanzas a Sebastián Piñera hasta pasada la medianoche, los otros canales tuvieron un comportamiento similar.

Por otra parte, el tratamiento comunicacional y político de la figura del líder de Chile Vamos ha sido de una liviandad y adulación que solo le falta “beatificar” a la exautoridad. Tanto los medios de comunicación masiva como quienes se dedican a la política desde algún espacio de poder, se han deshecho en palabras y gestos hacia un personaje que, a lo menos, fue controvertido en sus conductas comerciales, en la utilización del Estado como fuente de recursos económicos para sus intereses y en el diseño de políticas públicas que defendieron y/o profundizaron la diferencia entre ricos y pobres.

Termino esta columna señalando que ha partido una exautoridad que avaló el asesinato de más de 30 personas, apoyó a los agentes del Estado que provocaron trauma ocular a cerca de 450 mujeres y hombres, amparó la violencia sexual en las comisarías, las detenciones arbitrarias, entre otras violaciones a los derechos humanos acreditadas por seis informes de organismos internacionales.

Lamentable que, por segunda vez en los últimos 50 años, la muerte no haya permitido que el principal responsable de las violaciones a los derechos humanos en contra del pueblo de Chile no haya ido a la cárcel por su responsabilidad en los hechos.

 

Dino Pancani

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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