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Defensa de la universidad pública en Argentina

Columna de opinión por Patricio López
Lunes 22 de abril 2024 7:42 hrs.


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Este martes 23 de abril, en toda la Argentina habrá movilizaciones en defensa de las universidades públicas, luego de que las restricciones presupuestarias del gobierno de Javier Milei las han llevado incluso al riesgo de cierre. No debería extrañar: el presidente argentino es hoy la principal amenaza para los valores de lo público en el continente. Su utopía -o distopía- es que todas las dinámicas de la sociedad fueran privadas, por lo que estas instituciones que desarrollan el saber y el conocimiento para el conjunto de la comunidad son de su absoluto desagrado.

Sin bien la incontinencia verbal de Milei lo llevó a ataques bastante virulentos (llegó a decir que “se usan las universidades públicas para hacer negocios turbios y adoctrinar”), con el acercamiento a la fecha de la convocatoria el Presidente ha dado evidentes muestras de preocupación. El jueves pasado dijo que había un acuerdo que no era tal. El sábado salió del repetitivo anuncio de que no había plata para ofrecer un aumento de presupuesto (muy insuficiente en todo caso) y este lunes por la noche, en la víspera de la movilización, hará una inhabitual cadena nacional. Porque Milei cometió un grave error al tratar de situar su lucha contra las universidades públicas en el relato de “la casta” o en el clivaje libertarios v/s kirchneristas. En su amplia diversidad territorial, disciplinar e ideológica, la convocatoria de mañana aglutina en un solo llamado a las autoridades universitarias, académicos, sindicatos de trabajadores, centros de estudiantes y federaciones, lo que sumado a los cientos de miles de argentinos que son hijos de la universidad pública, hace presumir una masiva presencia en las calles.

Las universidades públicas son el Estado (y Milei dice que el Estado no es parte del problema, sino que “es” el problema). Las universidades públicas son fundamentales para crear sociedades más equitativas (y Milei señala que “el concepto de Justicia Social es aberrante, es robarle a alguien para darle a otro)”. Las universidades públicas son claves para el bien común, contribuyendo a la comunidad en conocimiento, avances tecnológicos, servicios y acceso a la cultura, todos asuntos que en la ideología de Milei debería resolver el mercado. Pero especialmente, las universidades públicas son centros de pensamiento más libres del poder económico donde se puede desarrollar el pensamiento crítico para señalar lo que se debe mejorar o lo que está mal. Por eso, no es casual que hace 50 años Pinochet intentara frontalmente destruir a las universidades públicas y en especial a la Universidad de Chile, que pudo resistir gracias al coraje de su comunidad, pero con secuelas que la afectan hasta el día de hoy. O que académicos y estudiantes universitarios sean blanco predilecto de las persecuciones de gobiernos autoritarios o de invasores, en todo tiempo y lugar. Son esos valores los que están en juego y el pueblo argentino parece haberlo entendido, sin dar crédito al relato de Milei.

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El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.