“Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda”. Esas son las palabras que usa la Real Academia Española para definir la palabra “catarsis”. Un concepto que genera un particular eco en contextos de crisis y que es reivindicado en los escenarios chilenos por la compañía Pseudónimo.
Sin embargo, su origen también está ligado a tiempos complejos. “Las primeras imágenes y conversaciones en torno a llevar adelante un proyecto como este surgieron en medio de la pandemia, el 2020″, recordó Gabriel Miranda, uno de los fundadores de Pseudónimo, agrupación de arte contemporáneo.
“Ahí empezamos a generar un proyecto, a planificar y a diseñar esto, que finalmente pudo estrenarse el 2022 en el GAM. La idea siempre fue conjugar distintos elementos. Por un lado, teníamos claro que la propuesta física iba a ser intensa, centrada en esta idea de la catarsis que estábamos viviendo en ese momento por la pandemia, en relación al encierro, al peligro. Y por otro lado, estaba la idea de poder congregarnos. Generar un espectáculo, una pieza donde el público también pudiese sentirse como una parte relevante de esto que acontecía“, sumó el artista.
Así surgió “Catarsis inmersiva“, un espectáculo que cruza la danza, la performance y el diseño sonoro y lumínico, que busca aceptar la tragedia para afrontar el hecho de que la vida es una sentencia. “No sabemos que vaya a pasar ni mañana ni pasado, solo sabemos en lo que estamos ahora. Igualmente podemos imaginarnos un futuro, pero la incertidumbre siempre está ahí sorprendiéndonos y movilizándonos”, explicó Ninoska Soto, compañera de Miranda y también fundadora de la compañía.
“Es un espacio de diálogo para sostener la vida por sobre todas las cosas. Y esa necesidad de querer amar, vivir, gozar, disfrutar, también llorar y sufrir es parte de eso”, agregó sobre la propuesta, que se presentará este 20 y 21 de junio en el Teatro Parque Cultural de Valparaíso de forma gratuita.
Una catarsis permanente
A pesar del contexto específico que motivó el surgimiento de este montaje, tanto Ninoska como Gabriel reconocen en el ejercicio de la catarsis una contingencia que resulta inagotable. Especialmente teniendo en cuenta el ritmo que trae consigo la vida contemporánea.
“Siempre se renueva ese estado de alerta, que es permanente. Cuando los griegos generaban sus piezas tenían problemáticas que nos siguen tocando. Por algo se siguen remontando las piezas y sigue habiendo algo común en esa experiencia humana, que va tomando nuevos contextos”, indicó Miranda.
También lo ve como un ejercicio necesario que atiende a nuestra realidad como país: “Hoy me hace mucho sentido en el contexto local, con todo el tema de seguridad y el miedo que hay latente en las personas, muy movilizado por la prensa oficial. Siempre hay que tomar sentido, adaptarse al contexto en el que se vive. Y de todas maneras me parece que es un montaje que sigue súper latente. Creo que van a generarse nuevas lecturas siempre porque apelamos, por un lado, a esa universalidad, que tiene sentido con la particularidad de cada presente”.
Aunque igualmente influye el trance personal de los espectadores. “Nosotros hablamos de la vida, de la incertidumbre, de que la vida en sí es un paisaje de luces y sombras. Que no todo es alegría ni tristeza. Son cosas que nos tocan inevitablemente a todos, dependiendo de la situación en la cual nos encontremos”, explicó Soto.
“Si sufriste una pérdida hace muy poco, es muy probable que vayas a conectar con ese dolor porque es inevitable, porque es parte de la vida tener estos dolores, penas y angustias. Vivimos en la incertidumbre de no saber qué vaya a pasar. Solo sabemos que hay un fin donde todos vamos a descansar en algún momento, pero no sabemos cómo ni cuando va a ser. Así que este es un espacio solamente para desbordar“, añadió la artista.
Es precisamente por eso que la respuesta de los espectadores resulta variada: “Ha sido diversa porque es parte de. Como no sabemos en qué está cada uno y qué están viviendo a nivel particular, a alguien que puede estar pasando por una situación más sensible lo toca profundamente y ha pasado que conecta con la pena. Otras personas salen electrificadas, con ganas de hablar, de decir, de comunicar, con mucha energía“, afirmó Ninoska.
Sin embargo, es una diferencia que no anula la posibilidad de invocar un carácter colectivo. “También apelamos a simbolismos que están muy arraigados culturalmente. Por ende, hay cierta memoria, cierto inconsciente colectivo que se hace parte de este imaginario”, explicó Miranda. “Y, por otra parte, también apelamos a la experiencia diaria, a la razón, a la emoción. Siempre hay algo que se puede rescatar”.
Cabe destacar que “Catarsis inmersiva” no solo se podrá disfrutar en el escenario. A las presentaciones, los artistas sumarán conversatorios (el jueves 20 de junio post show) y la posibilidad de conocer desde adentro las instalaciones lumínicas y sonoras que dan forma a la obra a través de un recorrido guiado agendado para el 21 de junio a las 17:00 horas. “Es para que el espectador esté desde adentro, esa es la invitación. Que ellos puedan situarse en la instalación así como están los intérpretes en escena. Que vengan a vivir la experiencia desde adentro, no desde afuera”, concluyó Soto.