La Sociedad Chilena de Medicina Familiar (Sochimef) llama a mantener especial resguardo con las posibles contaminaciones en los suministros de agua potable, la descomposición de alimentos por quiebres de cadena de frío, además de complicaciones respiratorias por el aumento de la circulación de virus respiratorios en invierno.
El paso del último sistema frontal por la zona centro sur del país golpeó con fuerza a varias localidades. Según los balances oficiales, más de 6 mil personas resultaron damnificadas, especialmente en la Región del Biobío, una de las más afectadas por la emergencia. La Región de Valparaíso también sufrió considerablemente, donde cientos de familias que perdieron sus casas durante los incendios forestales de febrero, quedaron expuestas al sistema frontal ante la ausencia de una solución definitiva para sus viviendas.
Si bien la zona central ya no registra precipitaciones, actualmente en regiones del sur del país enfrentan una nueva emergencia. La delegación presidencial de La Araucanía contabilizó el domingo pasado 298 personas damnificadas, 34 albergadas y 4 mil 800 aisladas tras el paso del sistema frontal que aqueja a la zona.
En tanto, en la Región de Los Ríos, se informó de más de 400 aislados, siendo las comunas de Lanco, Los Lagos, Valdivia, Futrono y Lago Ranco las más afectadas, principalmente por el desborde de ríos y los fuertes vientos.
En este escenario, desde la Sociedad Chilena de Medicina Familiar alertan los riesgos que enfrentan las personas expuestas a la emergencia. Según el doctor e integrante de Sochimef, José Zamorano, la población puede presentar “problemas gastrointestinales debido a la contaminación del agua potable, lo que implica riesgos de hepatitis A. También las condiciones de humedad que afectan a las viviendas ocasionan una mayor prevalencia de problemas respiratorios, así como el riesgo de exposición al humo para quienes toman medidas de secar sus casas con braseros u otras combustiones”.
Otra de las dificultades que enfrenta la población damnificada está relacionada con la interrupción del suministro eléctrico o la falta de enseres para preservar la comida.
“Se recomienda no consumir alimentos que perdieron cadena de frío, hervir y/o lavar frutas y verduras con una cucharadita de hipoclorito de sodio en 3 litros de agua potable, sumergiéndolas por al menos 2 minutos en esta solución, sin superar los 5 minutos de inmersión. Además, utilizar agua hervida o embotellada para cocinar”, explicó Zamorano.
En cuanto a las precauciones dentro del hogar, especialmente en relación con la circulación de virus respiratorios, el doctor Zamorano recomienda “privilegiar la ventilación de espacios cerrados, evitar la inhalación de humo y abstenerse de fumar“.
Asimismo, destacó la importancia de adquirir las vacunas contra la influenza, COVID-19 y neumonía (neumo23 para personas mayores de 60 años), así como el lavado de manos y el uso de mascarillas en caso de presentar síntomas o de estar en contacto con personas sintomáticas.
Para la protección de niños y niñas menores de cinco años, se recomienda estar atentos a los signos y síntomas de enfermedades respiratorias. Estos incluyen rechazo a la alimentación, temperatura axilar de 37.5°C o más, flemas o “mocos” que dificultan la respiración, e irritabilidad.
Además, los signos y síntomas generales de gravedad en esta población incluyen respiración rápida, hundimiento de los espacios intercostales (costillas) al respirar, apertura de los orificios de la nariz al respirar, silbidos en el pecho, y coloración azul en los labios. La recomendación es asistir a un servicio de urgencia en caso de presentarlos.
“En definitiva, si queremos prevenir en estos contextos de emergencias por sistemas frontales, lo principal es reforzar las medidas de vacunación. A las personas que han estado expuestas a aguas contaminadas y que cumplan con los requisitos de no haber tenido hepatitis A y tener menos de 40 años, les corresponde la vacuna contra la hepatitis A dentro de los 14 días posteriores a la exposición. También es fundamental reforzar las medidas de vacunación contra virus respiratorios en la población infantil y en las personas mayores”, concluyó el doctor José Zamorano de la Sociedad Chilena de Medicina Familiar.