Carta abierta a la comunidad de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile

  • 05-07-2024

Sean mis primeras palabras para saludar, felicitar y agradecer a las académicas y académicos de nuestra Facultad que, con el apoyo del personal de colaboración, día a día con esfuerzo, dedicación y un trabajo científico de excelencia, realizan su labor sostenidamente posicionando a la Universidad de Chile en los primeros lugares del ranking internacional latinoamericano (2do lugar año 2024) y como primera Institución de Educación Superior del país.

El Ranking Nature 2024, uno de los sistemas de medición de la labor científica a nivel internacional más serios y reputados en el trabajo que realizan, da cuenta con estos resultados del enorme esfuerzo que se realiza en la Universidad de Chile, y en particular con el aporte de las principales facultades científicas como las Facultades de Ciencias, de Química y Farmacia, de Ciencias Físicas y Matemáticas y de Medicina.  

Como la Facultad de Ciencias más antigua del país, fundada con la participación de académicos que provinieron de diferentes facultades de nuestra Universidad hacia mediados de los años 60, sentimos el legítimo orgullo de haber contribuido fundamentalmente a establecer la formación científica como profesión, siendo muchos centenares sus egresados que hoy forman parte de prestigiadas instituciones nacionales e internacionales, además de estar dispersos en diferentes ámbitos laborales académicos y profesionales en el sector público y privado chileno.

El esfuerzo que ha ido desplegando su cuerpo académico, a través de poco más de 50 años desde su fundación, refleja su estoicismo, perseverancia, dedicación y el compromiso con el país y su gente, por dotarnos gradualmente de las herramientas y del personal calificado que se ha requerido para avanzar en el conocimiento científico e ir superando barreras del subdesarrollo y frenando la devastación de nuestros recursos naturales y ecosistemas.

A pesar de los excelentes resultados que en materia económica y sustentabilidad han mostrado los países que han desplegado la Sociedad del Conocimiento, el nuestro aún continúa con promesas incumplidas desde los sucesivos Gobiernos, que desde el año 2000 se plantearan como meta la inversión del 1% del PIB en C&T, hoy día respaldada por la OCDE, como un nivel mínimo y necesario para sobrellevar las demandas que el desarrollo requiere.

No obstante, las condiciones adversas y precariedad en diferentes niveles que siempre nos ha acompañado, éstas no han sido suficiente para bajar los brazos y lamentarnos de tal abandono, sino que por el contrario, el esfuerzo desplegado por distintas generaciones de un eximio profesorado, sigue demostrando al mundo político de un error garrafal en no atender prioridades importantes en su justa medida, que con el correr casi ya de tres décadas habrían contribuido con creces al retorno de la inversión planteada.

De modo que también extiendo estos saludos y consideraciones a los centenares de egresados que supieron aprovechar lo mejor de nuestros esfuerzos, la excelencia de nuestro cuerpo académico y que, con denodado entusiasmo, se sumaron a contribuir con su dedicación, estudio y trabajo personal al éxito de esta empresa país que realizamos día a día, con los medios que hemos logrado razonablemente en cada momento vivido, para provecho de las generaciones presentes y de las que vendrán, mirando por el bienestar de nuestros habitantes.

 

Dr. Raúl Morales Segura, decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. 

 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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