Selección de candidatos: una cuestión de ética y rigurosidad

  • 31-08-2024

En un cuestionado episodio que ha dejado en evidencia la falta de responsabilidad y compromiso de algunos de nuestros representantes políticos, el Servel ha rechazado candidaturas de varios postulantes por mantener deudas de pensión alimenticia. Este acto no solo es un reflejo de la desidia de ciertos candidatos, sino también de la desatención de los partidos políticos al momento de seleccionar a quienes representan sus principios y valores.

La pensión alimenticia no es solo una obligación legal, sino un deber moral. Cuando un candidato es incapaz de cumplir con sus responsabilidades básicas, como garantizar el bienestar de sus propios hijos, ¿cómo podemos confiar en que cumplirá con las obligaciones inherentes a un cargo público? La respuesta es clara: no podemos. Este tipo de comportamiento es inaceptable en cualquier ciudadano, y aún más en aquellos que pretenden ocupar un lugar en el servicio público.

Pero no se trata solo de una falla individual. Aquí, los partidos políticos también tienen su parte de responsabilidad. ¿Cómo es posible que se permita la postulación de personas que no han sido capaces de cumplir con algo tan esencial como la manutención de sus hijos? La respuesta es simple: por desprolijidad. No hay otra forma de describir la falta de rigurosidad en los procesos de selección y en la supervisión de las candidaturas.

Este hecho nos obliga a replantearnos el nivel de exigencia que debemos tener hacia quienes aspiran a representarnos. Los partidos políticos deben asumir un rol más activo y riguroso en la selección de sus candidatos, asegurando que aquellos que postulan sean no sólo competentes, sino también moralmente aptos para ejercer la función pública. Esto no es solo una cuestión de legalidad, sino de ética.

La reacción del Servel al rechazar estas candidaturas es, en mi opinión, completamente justificada. Es un llamado de atención necesario que debería servir para elevar los estándares de nuestras instituciones y, en última instancia, de nuestra democracia. No podemos permitir que personas que evaden sus responsabilidades básicas accedan a posiciones de poder. Este es un mensaje claro: la política no puede ser un refugio para quienes buscan eludir sus deberes.

La confianza en las instituciones se construye con acciones firmes y responsables, y el rechazo de estas candidaturas por parte del Servel es un paso en la dirección correcta. Esperemos que este incidente sirva de lección para todos los involucrados: los candidatos, los partidos y, por supuesto, nosotros como ciudadanos, que debemos estar más vigilantes y exigir más de quienes nos representan.

 Por Paola Merckak, abogada y mediadora familiar.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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