La urgencia del cuidado emocional en los espacios laborales


El suicidio de una funcionaria del Ministerio de Hacienda nos enfrenta a una realidad dolorosa: el bienestar emocional en los lugares de trabajo sigue siendo una deuda pendiente en nuestra sociedad. Este caso trágico no solo expone el impacto devastador del maltrato laboral, sino que también subraya la responsabilidad de las instituciones para generar entornos respetuosos y seguros. Detrás de cada puesto, hay una vida humana que merece dignidad, cuidado y respeto.

El acoso laboral no es solo una falta administrativa; es una forma de violencia que erosiona la autoestima, la confianza y la estabilidad emocional de quienes lo padecen. Las críticas desmedidas, la humillación y el aislamiento no son meras conductas inapropiadas; son agresiones que pueden tener consecuencias graves, desde ansiedad y depresión hasta tragedias como la que lamentamos hoy.

Esta realidad nos invita a reflexionar como sociedad sobre nuestra capacidad de empatizar, de leer los silencios y de prestar atención a quienes sufren. La educación emocional, en este contexto, no puede quedar relegada a un ámbito personal. Debe ser una práctica colectiva, integrada en los valores y políticas de cada organización. Porque cuidar a las personas no es un gesto opcional, sino un compromiso ético y humano que debe estar en el centro de cualquier cultura organizacional.

¿Qué es el acoso laboral y cómo identificarlo?

El acoso laboral incluye conductas como humillaciones, exclusiones deliberadas, críticas constantes o exceso de presión, que deterioran tanto el ambiente laboral como la salud mental de las personas. Para reconocerlo, es fundamental identificar los siguientes signos:

  1. Conductas hostiles repetitivas

  • Críticas desproporcionadas y humillaciones públicas o privadas.
  • Difusión de rumores o desprestigio intencional.
  1. Aislamiento

  • Exclusión de reuniones o decisiones importantes.
  • Ignorar propuestas, preguntas o ideas de manera sistemática.
  1. Sobrecarga o infravaloración de trabajo

  • Asignación de tareas excesivas o irrelevantes.
  • Retiro de responsabilidades significativas para desvalorizar al trabajador.
  1. Obstrucción del desarrollo profesional

  • Bloqueo de promociones, capacitaciones o proyectos importantes.
  1. Impacto en la salud

  • Estrés crónico, insomnio, ansiedad o problemas de salud física.

Ley Karin: una herramienta para la acción

Desde el 1 de agosto de 2024, la Ley Karin protege a las y los trabajadores contra el acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo, tanto en el sector público como privado. Esta legislación no solo busca prevenir estas conductas, sino también establecer mecanismos claros para denunciar y sancionarlas.

Las denuncias pueden realizarse ante el empleador, la Inspección del Trabajo o los tribunales laborales, ya sea de manera verbal o escrita. Es fundamental que las personas afectadas sepan que no están solas y que cuentan con recursos legales para proteger su dignidad.

Hacia una cultura emocionalmente saludable

El bienestar en el trabajo no puede limitarse a iniciativas aisladas. Requiere un cambio cultural que ponga a las personas en el centro, con políticas claras de prevención y una actitud constante de cuidado mutuo. Es un llamado a todos los actores de la sociedad: empleados, empleadores y líderes, para construir juntos espacios donde el respeto, la empatía y el bienestar sean los pilares fundamentales.

Este caso debe ser un punto de inflexión, una oportunidad para convertir el dolor en acción, y para reafirmar que, en cada organización, la salud emocional de las personas importa. Sin ella, no hay progreso sostenible ni verdadero liderazgo.





Presione Escape para Salir o haga clic en la X