El Reino Unido vuelve a protestar como en los 70

Las últimas grandes protestas en Gran Bretaña datan del decenio de los 70. Pero la crisis podría cambiar esta situación. Los sindicatos esperan que este miércoles 30 de noviembre de 2011 al menos dos millones de personas van a unirse a la huelga contra la reforma de las jubilaciones
  • RFI
  • 30-11-2011

Las últimas grandes protestas en Gran Bretaña datan del decenio de los 70. Pero la crisis podría cambiar esta situación. Los sindicatos esperan que este miércoles 30 de noviembre de 2011 al menos dos millones de personas van a unirse a la huelga contra la reforma de las jubilaciones

La huelga afectaba este miércoles en la tarde a las escuelas, así como a los hospitales, los juzgados, los museos y las oficinas municipales. En cambio en los principales aeropuertos así como en los puertos y ciertas estaciones de trenes no se registraban perturbaciones.

La situación era igualmente normal en la estación internacional de St Pancras, de donde salen los trenes de alta velocidad Eurostar, y en la ciudad de Dover (sur), de donde salen los ferries con destino al continente.

Los sindicatos del sector público lanzaron esta protesta para tratar de frenar la reforma de las pensiones lanzada por el Gobierno de David Cameron, que prevé aumentar la edad de jubilación a los 66 años en 2020 (contra 60 años en la actualidad).

Esta reforma de las pensiones está enmarcada en el drástico plan de ajuste del Gobierno que les obligará a trabajar más años, pagar contribuciones más altas y recibir menos al final. El panorama del sector público en ese país está muy deprimido: los salarios de los funcionarios fueron congelado hasta 2013 y se anunció la supresión de 710.000 empleos.

En Gran Bretaña, país poco acostumbrado a este tipo de grandes manifestaciones sociales, se tienen muy en cuenta los efectos negativos en los usuarios que puedan tener ciertas acciones. De hecho, la oposición laborista ha tomado sus distancias con respecto a este movimiento.

El Gobierno se preparó para esta jornada haciendo un llamado para reemplazar a los funcionarios huelguistas. Además, ciertas compañías aéreas anticiparon el movimiento anulando vuelos o limitando el número de pasajeros en los aviones.

El Gobierno defendió su reforma arguyendo que se hace ineludible debido al aumento de la esperanza de vida y el equilibrio con el sector privado. También criticó una jornada de protesta que costará cerca de 538 millones de euros a una economía británica que no se porta muy bien.





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