Chile es el país que ostenta uno de los mayores aumentos en la tasa de suicidios en el mundo, sólo superado por Corea del Sur. La cifra es especialmente alarmante en jóvenes. De acuerdo al estudio “Epidemiología del Suicidio en la Adolescencia y Juventud” del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica, basado en los antecedentes desde 1983 a 2003, la tasa más alta de suicidio en jóvenes corresponde a varones de 20 a 24 años.
También las cifras crecen en los adolescentes. Según cifras del ministerio de Salud, si en 2000 se suicidaban cuatro de cada 100 mil personas entre 10 y 19 años, esa cifra en 2010 se elevó a ocho y se estima que para 2020 se llegará a 12 suicidios por cada 100 mil jóvenes, lo que representa un incremento del 200 por ciento.
Para Julio Dantas coordinador regional del recientemente presentado Proyecto TODO MEJORA, creado para apoyar a adolescentes y jóvenes que sufren el rechazo familiar y social, especialmente homosexuales, el tema del suicidio adolescente en Chile es urgente y se deben crear las políticas públicas que correspondan.
Respecto de la realidad chilena sobre el tema Julio Dantas señaló que “dentro de los países de América Latina Chile tiene la más alta tasa de suicidio de adolescentes y mientras en todos los países de América Latina la tasa es fácilmente del 5 por ciento en Chile estamos hablando de una tasa de 20 por ciento y eso significa que es un problema país a nivel que el Minsal hoy tiene en su plan 2011-2020 el suicidio adolescente como un problema para solucionar”.
El doctor Elías Arab, especialista en Psiquiatría Infantil y Adolescente de la Clínica Las Condes, explicó que el suicidio se relaciona principalmente con ciertas patologías como trastornos del ánimo, esquizofrenia, adicciones, problemas conductuales, trastornos de la alimentación y de la personalidad.
De estos, el médico puso especial énfasis en la adicción al alcohol y las drogas puesto que “el consumo de alcohol y droga está asociado con mortalidad, ya sea por accidente o también asociado con suicidio porque sobre todo con el alcohol cuando una persona está en un momento angustioso puede resultar un ansiolítico temporalmente, pero también desinhibe y muchas veces desinhibe las angustias en términos que los hace a veces tomar decisiones impulsivas o sin haberlas pensado adecuadamente”.
Arab añadió que el matonaje escolar o “bullying” también permite la aparición de trastornos que gatillan suicidios, debido a los altos niveles de estrés y porque los afectados no siempre son acogidos por sus propias familias, por lo que matarse aparece como la mejor alternativa para terminar con la angustia.
Por esta razón, el especialista subrayó que debe haber acceso a atención y tratamientos integrales, junto con una mayor preocupación de las familias en observar y escuchar.
Por su parte, el sociólogo Alberto Mayol, subrayó que en Chile el crecimiento sostenido de los suicidios desde mitades de la década del 90 es una respuesta al aumento de la desintegración social, al igual que otras manifestaciones como la delincuencia y la despolitización, y que acrecienta la sensación de soledad y abandono.
Respecto de los jóvenes, el académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, el problema se vincula principalmente a dos factores, como son “el hecho de estar pasando por una edad en que el tema de las expectativas y el cumplimiento de esas expectativas es muy importante y en la sociedad actual en particular los jóvenes están muy presionados al éxito, sin tener en Chile las condiciones para que ese éxito esté garantizado para que las expectativas que se están entregando sean satisfechas porque las expectativas en Chile son muy altas y los logros no son muy altos”.
El académico señaló que también “en los jóvenes existen conductas imitativas y si aumentan los suicidios los jóvenes van a tender a suicidarse más, porque efectivamente lo empiezan a ver como una solución posible”, señaló el sociólogo.
Para Mayol estas situaciones se traducen en un distanciamiento de la sociedad y que, tal como decían los romanos, los suicidios pueden considerarse como un “homicidio tímido” puesto que el quitarse la vida es la forma más fácil de eliminar al resto.