La necesidad de compartir aprendizajes motivó la realización del seminario “Discriminación y Derechos Humanos: Un intercambio de experiencias entre México, Argentina, Ecuador y Chile”; considerando, según algunos de sus exponentes, la reciente legislación y preocupación que los países y Estados han comenzado a mostrar por este tema en los últimos años.
La actividad se inauguró con la ponencia de especialistas de distintos países y organizaciones que coincidieron en que quedan diversos aspectos por avanzar en la región, como género, identidad sexual, derechos indígenas, generacionales y de otra índole.
Sin embargo, una coincidencia llamativa, es el hecho de que se considere que los avances legislativos no son suficientes para disminuir efectivamente la discriminación.
Según el representante regional de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Sudamérica, el italiano Amerigo Incalcaterra, es necesaria una fuerte política pública de promoción y educación por parte de las autoridades legislativas y ejecutivas, a quienes de paso, criticó por no estar presentes en la inauguración del seminario.
“Se necesitan muchas políticas públicas. La ley es importante, reguladora, pero hacen faltas políticas públicas, planes de acción, campaña de difusión, promoción, educación. Son cambios que las sociedades que más trabajan en establecer institucionalidades, en tener planes, recursos, promociones y difusiones lograrán los cambios que quieren. La ley sola no cambia”, aseguró Incalcaterra.
Para Karina Maya, coordinadora del Eje Educación y No Discriminación del Centro de Estudios Socio-Culturales, el problema principal es que no basta con la generación de una legislación de defensa a los grupos discriminados, sino que también hay que generar una instancia de contención y prevención a nivel institucional y cultural.
En ese sentido, agregó que el problema de la discriminación se está asimilando de una manera superficial, basado en la contingencia, como fue en el caso de Daniel Zamudio, con lo que se dejan pasar otros aspectos igual de importantes al tratar esta materia.
“De repente pareciera que solo estamos interiorizando el tema de discriminación, el problema, a través de los medios. Pongo el caso de Daniel Zamudio, o sea, los medios abiertos le dieron mucha cobertura y pegó tan fuerte, que al final se perdió de vista otros factores como fue el por qué quienes lo atacaron llegaron a ese nivel”, sostuvo Maya.
Sintetizando estas ideas, el presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, de México, Ricardo Bucio, explicó que la legislación puede aportar a modificar el comportamiento cultural de una sociedad, pero no sin el trabajo de promoción por parte del Estado.
“Aunque la ley no modifica la cultura social, sí detona procesos institucionales, sí da obligaciones de tareas que se tienen que emprender para hacer cambios culturales, sino pareciera que la cultura social, aquello que piensa una sociedad en sí misma es una cuestión independiente de los servicios del Estado. Al Estado también le toca promover la cultura de la democracia, la cultura del respeto, de la tolerancia, pero eso se puede dar con fuerza cuando hay una obligación legal de hacerlo”, dijo Bucio.
El seminario Discriminación y Derechos Humanos concluirá este sábado con un taller de capacitación en políticas antidiscriminación en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, poniendo fin a una actividad marcada por la complementación de experiencias de naciones que, de distintas maneras, han buscado cómo avanzar para evitar que la discriminación y la vulneración de derechos reine en sus países.