A inicios de agosto el Gobierno decidió retirar el proyecto que permite la venta de medicamentos en supermercados, frente al amplio rechazo que concitaba en la Cámara de Diputados.
La decisión se habría tomado para lograr algún acuerdo y avance en la materia, por lo que hoy se está evaluando poner un límite a los productos que no requieren receta médica y una mayor seguridad en los envases.
Sin embargo, la idea aún genera algunas resistencias. El diputado Enrique Accorsi, señaló que no es posible aprobar esta iniciativa mientas no haya “una política pública de medicamentos”.
“Esto está siendo impulsado por el Ministerio de Economía. Los medicamentos son tratados como cualquier producto, zapatos, camisas. Esto debiera ser un proyecto que impulse Salud, con los resguardos que deben tener los medicamentos. Nosotros hemos dicho que estamos disponibles para este tema, pero primero tenemos que aprobar la Agencia Nacional de Medicamentos, que es la que regula todo el tema”, explicó el parlamentario PPD.
Acorssi añadió que aprobar la Agencia Nacional es un primer paso necesario antes de pensar en relajar o flexibilizar los puntos de venta.
Por su parte, la diputada RN, Karla Rubilar, afirmó que la medida propuesta por el Ministro Pablo Longueira, va en el sentido correcto, pero sostuvo que se debe realizar una serie de cambios estructurales para posibilitarla: “Hay que controlar toda la automedicación con poderosas campañas, los rotulados de los medicamentos, la presencia de un profesional de la salud que pueda orientar, al menos en los establecimientos más grandes, ver los espacios en dónde van a venderse, que no sea en medio de otros alimentos u otros productos que no tengan que ver en el tema de salud, para que no se vean como bien de consumo, sino como un bien esencial que es lo que realmente es”, dijo.
La parlamentaria añadió que se debe verificar también que las farmacias tengan un stock obligatorio y no sólo cuenten con los medicamentos que les dan más ganancias, que esté asegurada la presencia de genéricos y que éstos se promocionen con la misma fuerza que los productos de marca, entre otras medidas.
Vale señalar que el ministro Longueira afirmó que el proyecto no ha podido surgir producto de un lobby “espantoso” por parte de las empresas farmacéuticas.
El Presidente de las Farmacias Independientes, Raúl Álvarez, quien rechaza la iniciativa por el daño que, aseguró, le causará a las empresas más pequeñas, señaló que “el ministro de Economía está profundamente equivocado.No se trata de vender muchos ni pocos medicamentos en las góndolas, se trata de que él está en contra de una real economía social de mercado en la cual todos los partícipes tienen libertad de participar, pero en condiciones justas, equitativas y racionales. Yo como farmacia no puedo competir con un mercado que no cumple con las leyes de la República”, denunció.
Álvarez señaló que con esta decisión se estarían creando “clases privilegiadas”, en desmedro de una sana competencia, porque, si bien se plantea desconcentrar un mercado que está en un 93 por ciento en manos de 3 consorcios – Ahumada, Cruz Verde y Salcobrand-, se entregará a otra estructura monopólica como son los supermercados.
El dirigente aseguró que la medida no irá tampoco a favor de los consumidores, porque ya hay diversos estudios que demuestran que la venta de remedios en supermercados no disminuye los precios de estos.