En pleno Océano Pacífico está ubicada la Isla de Pascua. Uno de los lugares más turísticos de nuestro país y que cuenta con 9 mil habitantes. Por estos días, aquel territorio cobra un valor fundamental luego de la iniciativa de Mahani Teave, pianista isleña que busca crear un Centro Cultural en el ombligo del mundo. La idea cuenta con la ayuda y colaboración de diversas personas, entre ellos del músico y pareja de Teave, Enrique Icka, y el arquitecto, Jean Jacques Manieu.
Icka se refirió a la inmensa necesidad y urgencia relacionada con la creación de un espacio cultural para la isla, ya que “la música, al igual que el arte, es muy fuerte en Rapa Nui, entonces es importante hacer y tener un espacio justamente para las artes. Para poder potenciar cada área de la juventud de la Isla”, mencionó.
El espacio comprende un total de diez hectáreas, las que han sido donadas por él mismo en pos de la creación de este recinto. “Este terreno es de mi familia, ellos me lo regalaron a mí, pero yo entiendo la prioridad y necesidad de todas las cosas que están sucediendo en la Isla”, explicó el músico a la periodista Vivian Lavín en el programa Vuelan las Plumas.
En cuanto al impacto físico y social que esto pueda traer consigo, Jacques Manieu afirmó que el proyecto “no será una imposición para la cultura Rapa Nui, porque rescata elementos y muchas formas de la cultura de la Isla, los cuales son relacionados con la tierra, que emanan de lugar. La gente va a estar ahí y entenderá que este proyecto debía estar ese sitio”.
Sobre la misma idea y en relación a la conservación de la esencial de la Isla, Icka agrega que lo fundamental es “proteger a los viejos, que son la gran sabiduría que está quedando. Todo lo que se ha hecho hasta ahora en la Isla, son formatos que se sacan justamente de Santiago, y no se trabajan en conjunto con la gente de cada una de todas esas áreas, que es lo que siempre ha pasado. La idea ahora es también tomar estas formas y fusionarlas con las de la gente de Rapa Nui”.
Por lo pronto, el centro que se llamará “Toki”, en honor al cincel con el que se tallaban los moais, se encuentra en una etapa de diagnóstico. Sin embargo, los propulsores de la iniciativa se muestran bastante confiados y esperanzados con el proyecto, el cual poco a poco comienza a aspirar a más y más, pero prometiendo siempre mantener las raíces y conservar la esencia Rapa Nui.