Hace poco más de un año la empresa generadora de electricidad Campanario pidió su quiebra, lo que tuvo un fuerte impacto económico en otras sociedades, la llegada de nuevas compañías y pequeños cambios regulatorios al sistema de transmisión. Las firmas más perjudicadas fueron Endesa Chile, Colbún y AES Gener, quienes tuvieron que asumir parte de los 260 millones de dólares que Campanario dejó en deudas.
Debido a la bancarrota de esta empresa es que la Comisión Nacional de Energía (CNE) evidenció su intención de participar en los procedimientos de cálculo y determinación de pagos que recibe cada generadora, que se explicitó la semana pasada a través de un oficio.
Sin embargo, la voluntad de la entidad estatal de intervenir en las decisiones del Centro de Despacho Económico de Carga no fue recibida por las compañías generadoras, que estudian concurrir a la Contraloría General de la República o a los tribunales para evitarla.
En contraparte, el académico de la Universidad de Chile, Roberto Román, afirmó que la participación de la CNE en el sistema es una “buena señal”, pues “la idea de que la Comisión Nacional de Energía tenga alguna información más directa, que esté más al tanto de las transacciones es indispensable”.
El experto relativizó las pérdidas de las compañías generadoras y afirmó que las pérdidas no las asumen las compañías sino que se reflejan en las tarifas de los usuarios. “Con la quiebra de campanario los costos los sumen las demás generadoras y eso evidentemente lo pagan los usuarios. Así que las malas decisiones al final las apagamos todos”, concluyó.
Por su parte, la directora de la Fundación Terram, Flavia Liberona, aseguró que las compañías eléctricas se sienten cómodas con el actual modelo: “son las empresas las que deciden dónde, cuándo y cómo generan electricidad y con qué tecnología lo hacen. Entonces no hay ninguna posibilidad legal de que el estado planifique la generación eléctrica. Que ordene cuál va a ser la demanda en el tiempo, todo eso no existe en términos regulatorios. Son las empresas las que llevan este carro” y por ello, como aseguró Liberona, su rechazo a la intervención de la CNE.
En esta línea, la experta ambiental le restó importancia a la pretensión de la Comisión Nacional de Energía y abogó por modificaciones estructurales al modelo de transmisión. “Creo que hay que cambiar y regular todo el sistema de transmisión eléctrica, así como el de transmisión y distribución. Pero hoy día partamos al menos por cómo se regulan las generadoras, a qué precios venden, cuánto deben marginar, qué tecnología deben usar. Hay un montón de cosas –continúa- que hoy día no están reguladas”, aunque esta intervención de la CNE “este es un pequeño parche para regular los negocios que hay dentro del mercado eléctrico”, concluye.
Flavia Liberona precisó que el dictamen de la CNE no va a repercutir en el costo de la energía para los usuarios, ya que son “otros los factores que inciden en eso”, como la diversificación de la matriz eléctrica e incorporación de tecnología renovables no convencionales”, según detalló.