EE.UU remece a la Banca Suiza

  • 04-03-2013

Tras comparecer durante un año ante un tribunal de Manhattan, Nueva York, los directivos del banco más antiguo y uno de los mayores de Suiza, el Wegelin & Co, han reconocido que la entidad ayudó a más de un centenar de ciudadanos estadounidenses a esconder US$1.200 millones del Servicio de Impuestos Internos de Estados Unidos (IRS) durante más de 10 años. Como resultado, la entidad, fundada en 1741 -antes de la independencia de EE.UU.- accedió a pagar casi US$58 millones en multas establecidas por las autoridades norteamericanas y, una vez canceladas, la firma cerrará sus puertas para siempre.

Como se sabe, diversas entidades financieras del país europeo, destacadas por su férrea adhesión al secreto bancario, han sido acusadas no sólo de ayudar a evadir impuestos, sino también de conspirar con los nazis, operar bajo leyes financieras excesivamente laxas, lavar dinero del narcotráfico o del terrorismo y/o de manejar cuentas de gobernantes cuestionados como Augusto Pinochet o el liberiano Charles Taylor. Pero nunca antes un banco suizo -u otra institución financiera reconocida- se había declarado culpable de conspirar premeditadamente con sus clientes para evadir tributos.

Los servicios de Wegelin se promocionaban bajo el lema: “Ni el gobierno suizo, ni ningún otro gobierno pueden obtener información sobre su cuenta de banco”. La institución emplea a unas 700 personas y tiene 13 sucursales, todas en Suiza, y forma parte de una banca boutique especializada en la gestión de grandes sumas de dinero en diversos nichos de la economía. The New York Times informó que el “modelo de negocios” de Wegelin incluía la apertura de cuentas secretas para sus clientes, usando nombres en código y ayudando a presentar declaraciones tributarias falsas al IRS, mediante la creación de entidades ficticias en Panamá o Liechtenstein.

De acuerdo a declaraciones del abogado estadounidense que investigó el caso, Preet Bharara, el Wegelin intervino para llenar el vacío que dejaron otros bancos suizos cuando abandonaron esta práctica, debido a la presión de Washington. Analistas recordaron que el gobierno suizo trató durante meses de negociar un acuerdo con EE.UU. para proteger el secreto bancario, pero el caso Wegelin hace virtualmente imposible tal convenio, según la corresponsal de la BBC en Ginebra, Imogen Foulkes, quien estimó que el cierre del banco es un punto de inflexión con enormes implicaciones para la banca suiza y su famoso secretismo.

Otto Bruderer, socio administrativo del Wegelin –uno de los ejecutivos que esperan sentencia- dijo ante el tribunal de Manhattan que sabía que abrir cuentas secretas para evadir impuestos era “una conducta errónea”, pero él y los otros directivos reconocieron que no imaginaron que serían procesados por la ley estadounidense, dado que el banco no tienen oficinas en ese país y todo se hacía de conformidad a la legislación suiza.

La duda pendiente tras la declaración de culpabilidad es si los ejecutivos procesados entregaron o planean revelar los nombres de los estadounidenses evasores a las autoridades de EE.UU., según dijo Jeffrey Neiman, ex fiscal federal involucrado en otras investigaciones con bancos suizos. El Departamento de Justicia, en tanto, no ha querido emitir opinión al respecto. Lo que sí está claro es que dicho Departamento está indagando a más bancos extranjeros que han ayudado a estadounidenses a evadir tributos.

El proceso, empero, no ha sido simple. Cuando Wegelin se convirtió en febrero pasado en el primer banco extranjero en ser procesado por autoridades norteamericanas, la entidad quiso resistirse a los cargos, pero fue declarada prófugo de la justicia cuando sus ejecutivos no se presentaron ante los tribunales de N. York.

La declaración de culpabilidad puso fin al caso de EE.UU. vs Wegelin, constituyendo el golpe más duro contra la banca europea tras recientes acusaciones que involucraron a Barclays y UBS por manipular la tasa Libor y HSBC, por lavar dinero de la droga y el terrorismo, entre otros. Como se sabe, luego de la cumbre de Londres, en abril de 2009, la persecución de paraísos fiscales y bancos intermediarios de evasión fiscal se han convertido en objetivo clave de los países ricos. Seguramente, la muerte del Wegelin impactará sobre otros procesos que implican a bancos suizos en EE.UU. Once instituciones de ese país como Credit Suisse, Julios Baer y Baslar Kantonalbank, se encuentran bajo indagación por colaborar con la evasión fiscal.

Las repercusiones ya se están sintiendo en la propia banca suiza. Muchos clientes preocupados por las investigaciones están retirando sus dineros de ese país: los activos externos mantenidos en Suiza han caído 25% entre enero de 2008 y septiembre de 2012, según cifras del Banco Nacional Suizo. Y esta salida de liquidez ha aumentado en 32% el desempleo en dichos bancos en los últimos 12 meses.

Tal parece que la crisis desatada en 2008 ha convencido a las autoridades políticas nacionales que si la “solidaridad tributaria” no funciona a la buena, habrá que hacerla funcionar usando todo el rigor de la ley y, aún más allá, como lo demuestran recientes decisiones normativas en Europa que pondrán techo a los bonos y gratificaciones que reciben los ejecutivos de bancos y que estimulaban la agresividad y altos riesgos adoptados, pero que llevaron al sistema financiero a su actual débil posición.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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