El Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de enero de 2013 registró un 6,7 por ciento respecto del mismo mes del año pasado, cifra que superó sorpresivamente las expectativas de los especialistas.

Esto llevó a algunos sectores a plantear que la economía chilena está viviendo un sobrecalentamiento que, si no se producen los ajustes necesarios, puede amenazar el equilibrio a largo plazo.

El sobrecalentamiento de la economía se produce cuando las cifras de crecimiento económico están sobre la capacidad productiva, lo que genera un desequilibrio y puede llevar a un aumento de la inflación.

El economista Luis Eduardo Escobar explicó que esto significa que “hay más presión de demanda que los bienes que se ofrecen. En consecuencia, habría un aumento de los precios que, si se generaliza, se traduce en inflación. Entonces el sobrecalentamiento es como andar en un auto por encima de las cinco mil revoluciones, le estás exigiendo más a la economía de lo que es capaz de dar. Eso se refleja en inflación y también en un déficit en cuenta corriente en la balanza de pagos, es decir, que importamos más de lo que exportamos”.

Por su parte, el economista de Libertad y Desarrollo, Francisco Klapp, añadió que “el costo de la vida se va encareciendo. Esto tiene un efecto sobre las familias más vulnerables, que ven que los precios de los bienes no transables y los servicios, por ejemplo, se encarecen. Aunque a veces esto va de la mano de un aumento de las remuneraciones, puede preceder a ese aumento y por eso mengua el poder adquisitivo de las familias”.

Diversos especialistas han planteado que esto estaría ocurriendo con la economía chilena y que la expansión será insostenible en los próximos meses. Uno de ellos es el académico de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón, quien recalcó que el crecimiento potencial está en torno al cinco por ciento, inferior al 6,7 registrado en enero.

Según Alarcón, “la evidencia y la teoría económica son muy claras. Cuando hay exceso de gasto y demanda en una economía y no se toman las medidas de mitigación necesarias, a través de la política monetaria y fiscal, claramente hay efectos en la inflación y en las tasas de interés de mercado, las que empiezan a subir. La inflación es muy mala porque es un impuesto extraordinariamente regresivo que pagan los sectores de menores ingresos, ese es el problema”.

“La gente que tiene bajos ingresos es la que no puede defenderse de la inflación. La base del impuesto inflación en este país es el 70 por ciento de la fuerza de trabajo, que gana menos de 500 mil pesos y menos de 300 mil en muchos casos”, destacó.

Sin embargo, no existe consenso. El mismo ministro de Hacienda, Felipe Larraín, sostuvo que “no hay sobrecalentamiento” y que el crecimiento está equilibrado con el comercio, la minería y la industria, lo que permite tener una demanda robusta y una oferta dinámica.

Mientras, el economista Hernán Frigolet sostuvo que desde el punto de vista macroeconómico las cifras no permiten hablar de sobrecalentamiento: “Probablemente hay un exceso de gasto de consumo, derivado de la situación de empleo y del aumento sostenido de las remuneraciones promedio durante los últimos tres años. Esto se está yendo todo a un gasto de consumo que está siendo, en su mayor parte, sobre productos importados. Desde el punto de vista de la inflación o del IPC, prácticamente todo lo que se está registrando es de oferta y la mayor parte es importada. Desde ese punto de vista, no se visualiza una situación de sobrecalentamiento de la economía”, afirmó.

En tanto, Francisco Klapp comentó que “una economía que lleva tres años creciendo sobre su crecimiento potencial siempre dispara algunas alertas” y dijo que “es un riesgo que puede estar presente, pero por ahora no hay evidencia de que estemos en eso”.

Aunque no hay consenso entre los especialistas acerca del sobrecalentamiento, sí coincidieron en que la situación actual mantendrá el tipo de cambio muy bajo, lo que es perjudicial para los sectores exportadores.