El Ministerio de Desarrollo Social, a través del Plan de Invierno y el Programa Calle, ha intentado, desde la emergencia y el nivel estructural, responder a las distintas necesidades de cerca de 13 mil indigentes o personas en situación de calle.
El primero, acotado al período invernal, otorga abrigo y alimentación a través de una red de 18 albergues, que son el Estadio Víctor Jara y 17 dispositivos en donde el Gobierno “arrienda” cupos a fundaciones.
El segundo, que se extiende a lo largo del año, integra, a juicio de Daniel Escobar, Seremi Metropolitano de Desarrollo Social, un elemento que es clave: la reinserción laboral.
Esto, porque el Estado ofrece un número acotado de hospederías, residencias de estadía diaria y casas compartidas, lo que, en palabras de la autoridad, da cuenta, de manera incipiente, de una política pública de largo aliento “Lo que estamos haciendo tomar a la gente de la calle, reinsertarlos en la medida de los posible y dar protección social a los que no tengan esa condición”, afirmó la autoridad.
“Entendemos que hay gente que tiene daños por índole de adicciones y otros con enfermedades psiquiátricas que hacen más complicada su reinserción”, agregó Escobar.
La indigencia, al ser un fenómeno ligado fundamentalmente a la pobreza, tiene una serie de dimensiones y variables de las que el Estado debe hacerse cargo y no sólo de la reinserción laboral, que es una opción sólo para personas con edad y condiciones determinadas.
Qué pasa con los adultos mayores, personas drogadictas y alcohólicas, hombres y mujeres con patologías físicas y psicológicas, ciudadanos que cumplieron penas de cárcel. La pregunta es elemental ya que este grupo llamado “gente en situación de calle” está compuesto por estas realidades.
Francisco Román, director ejecutivo de la Fundación Gente de la Calle, señaló que las tareas son muchas y, por lo mismo, no basta con planes y programas atomizados, los que se valoran “y mucho” según enfatizó, sino que se requiere de una política nacional en la materia “El Estado debe invertir en hogares para el adulto mayor, para personas con patologías psiquiátricas, debe asegurar una reinserción real para la gente que estuvo privada de libertad y por supuesto, acompañar a los jóvenes en sus estudios para que no terminen en la calle”, afirmó Román.
El primer paso para avanzar hacia un sistema de protección social para indigentes, según expresó el director ejecutivo de la Fundación Gente de Calle, es realizar un catastro integral, idealmente a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas y no de los ministerios de turno.
“Este es un problema dinámico, por ende siempre van a existir nuevas personas en situación de calle. Por lo mismo, hay que trabajar en prevención y prevención significa cambios en la educación y en la protección social”, finalizó Román.