Este viernes, el asteroide 1998 QE2 realizará su máxima aproximación a la Tierra en los próximos dos siglos, llegando a no menos de 5,8 millones de kilómetros de nuestro planeta, equivalentes a unas 15 veces la distancia entre la Tierra y la luna.
El asteroide no representa peligro alguno para los habitantes del planeta Tierra, pero sí una gran oportunidad de observación para los científicos.
“Cada vez que un asteroide se acerca tanto, proporciona una importante oportunidad científica para estudiarlo en detalle y entender su tamaño, forma, rotación, características de la superficie y lo que estos rasgos nos pueden decir acerca de su origen. También vamos a utilizar las nuevas mediciones de radar sobre la distancia y la velocidad del asteroide, para mejorar nuestro cálculo de su órbita y movimiento”, explicó Lance Benner, astrónomo de radares y principal investigador del radar de observaciones Goldstone del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, ubicado en Pasadena, California.
El asteroide mide unos 2,7 kilómetros de largo, comparable al tamaño de nueve transatlánticos. Los astrónomos seguirán su rastro entre el 30 de mayo y el 9 de junio, desde el Observatorio de Arecibo en Puerto Rico.