La incertidumbre respecto del destino de los votos que Andrés Velasco alcanzó en las pasadas elecciones primarias, aumentó luego de que el ex candidato independiente asegurara que no es “dueño” de la decisión de quienes lo apoyaron, dejando en libertad de acción a quienes el 30 de junio marcaron su opción.
El economista además confirmó que no se sumará al comando de la Nueva Mayoría, a pesar de haber comprometido su voto con la candidata del pacto.
Muchas teorías han surgido respecto de si los votos del ex Ministro de Hacienda provendrían de tal o cual partido. Sin embargo, Velasco ha sido enfático en señalar que su campaña trascendió a los papeles de la política tradicional.
“Dicha votación creo que también da luces importantes sobre el rol de las libertades públicas en las preferencias de nuestros votantes. Nuestra candidatura obtuvo más votos que la de Claudio Orrego en trece de las quince regiones de Chile, lo que nos dice de nuevo algo que en la campaña enfatizamos y remarcamos más de alguna vez. Los chilenos y, en especial los chilenos más jóvenes, los independientes, no quieren una política en que alguien le pretenda decir a los adultos como deben vivir sus vidas”, aseguró el ex candidato.
Es desde ese lugar desde donde se analiza el escenario futuro de quienes respaldaron a Andrés Velasco. Para Francisca Quiroga, cientista política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, estos no tendrían un comportamiento único. El componente valórico y los programas económicos pueden hacerlos mover a uno u otro sector, o tal vez a ninguno.
“Podría ir en algún minuto a un voto Ominami, que tiene una concepción de verlo fuera de las élites partidarias, pero también podría ser un voto que no se sienta representado y se quede sin candidato y no vaya a votar en las elecciones de noviembre. Que se traspasen a Longueira es improbable por el eje valórico, donde Longueira obviamente representa el elemento de la UDI conservadora en esa área, por tanto no serían traspasables a esa coalición. Sí podrían distribuirse con un voto a los otros actores que están fuera de los dos pactos”, estimó.
Para la analista, la posibilidad de que los votantes de Velasco adhieran por Michelle Bachelet en noviembre, va a depender únicamente de cual sea el discurso que se impulse, siendo necesario que se enfaticen las opiniones en temas valóricos, pero sobre todo en ideas tributarias, una de las principales diferencias entre ambos.
Cristobal Bellolio, abogado y cientista político de la Universidad Adolfo Ibáñez, comparte la tesis de que es difícil que esas preferencias se vayan al proyecto de Pablo Longueira por las diferencias valóricas. Para el académico, Marco Enríquez, Michelle Bachelet o Franco Parisi pueden ser los destinatarios de algunos votos.
“Marco en algunos aspectos es más liberal en lo valórico, representa una candidatura más joven y podría ser que parte importante del electorado termine votando como segunda opción por Marco Enríquez. El problema es que él mismo ha izquierdizado su propuesta y, consciente y voluntariamente, ha optado por variar a Bachelet a la izquierda. Entonces no me queda tan claro, pero sí es una posibilidad”, expresó.
El analista señaló que el problema de suponer a dónde irán esos votantes es que aún no se conoce bien el perfil de éstos: “Velasco pudo haber identificado a liberales y jóvenes que no coinciden con ideas partidarias, pero también al concertacionista nostálgico que cree en la metáfora de la gran familia concertacionista” agregó.
Respecto de la decisión tomada por Andrés Velasco de no formar parte del comando de Michelle Bachelet, los analistas coinciden en que esto en nada potenciaría la figura del economista, quien debe apuntar a fortalecer y encausar su liderazgo a futuro. El modo será conversado al interior del equipo de Velasco, quienes definirán con “calma” cuál será el marco institucional bajo el que se seguirá trabajando.