Para quien ya lleva años viviendo lejos de su país natal, quizás le resulte menos complejo el preguntarse qué es ser o sentirse extranjero. Una interrogante que está constantemente en tensión a consecuencia de la aceleración de las comunicaciones, el avance de internet y las redes sociales, y la siempre existente búsqueda de mejores condiciones de vida.

Ese es el caso del Doctor en Filosofía de las universidades de París y de La Plata y uno de los más reconocidos estudiosos de la modernidad, posmodernidad y la cultura desde la perspectiva latinoamericana, Néstor García Canclini (1933), quien actualmente viven en México, y  que por estos días está en Chile invitado por la cátedra Bolaño de la Universidad Diego Portales.

Ésta es una de las tantas veces que el también antropólogo ha estado en el país, pero nunca “hablando acerca del ser extranjero”, reconoció García Canclini antes de comenzar una profusa conferencia que no estuvo exenta de humor.

Su charla partió con un cuento cubano que explicaba la extranjería física y metafórica. La primera, es aquella donde se encuentran las migraciones geográficas, ya sea de un país a otro, como en una misma nación; y la segunda, es la que ocurre con el sentirse extranjero, como es el caso de las personas con sus respectivos ritos, el estar junto a un ciudadano de otro país, o “lo que ocurre con los pueblos indígenas de Chile y Argentina donde se les niega desarrollar sus costumbres e identidades”, manifestó.

“Es muy preocupante que en casi todos los países Latinoamericanos los pueblos indígenas hayan sido despojado de sus territorios o vivan en él sintiéndose extraños, incluso en medio de sus tradiciones, identidad y cultura comunitaria, porque su música es usada exóticamente, desconocidas o ignoradas, sus cultivos son desprestigiados, entonces se les convierte en un ‘ser extraño’ dentro de su propio entorno”, advirtió el investigador.

Estas maneras “de ser lo que llama la atención” se relacionan con los avances tecnológicos, y responde a los parámetros de la posmodernidad, donde se borran las fronteras y se pierde el énfasis nacionalista de los Estados en construcción durante la modernidad.

Sin embargo, uno de los pocos administradores de aquellas características es el Estado, institución que “se formó como un administrador de las fronteras, un establecedor de límites más o menos arbitrarios , donde ha terminado lo propio y empezado lo diferente”, explica García Canclini. Y agrega que en esta época globalizadora “ha organizado todo como puede, pero eso ha llevado a enormes injusticias”.

Lo procomún

Son aquellas desigualdades las que el autor de La globalización imaginada dice que generan malestar social, ya que “hacen homogéneo lo que no es y con ello eliminan cultura”, no obstante, esta manera de uniformar pierde sentido con internet y las constantes migraciones. “Cuando una familia decide que varios de sus integrantes deben vivir en otro país para mejor la economía del hogar, lo que hacen es instalarse en otro sitio y adquirir nuevas costumbres e identidad”.

Como estos cambios de residencia, por lo general, ocurren de un país más pobre a uno más rico ocasiona que “el contacto con las nuevas tecnologías a su disposición, con los gustos del contexto social, se copien. Entonces cuando se vuelve a su país de origen se lleva consigo el televisor más nuevo, o la comida, entre muchas otras cosas”, explicó. A la vez también los migrantes dejan su cultura y “se hace un intercambio recíproco”.

Es ahí donde “Lo procomún” aparece, cuando las personas empoderadas de su necesidad de acervo cultural prefieren aquello “a tener jubilación, renta o salud”, sentenció el experto en estudios culturales.

Necesidad, que según Néstor García Canclini impide cumplir con las leyes injustas e intenta cambiarlas, y es de ellas desde donde nacen las demandas sociales del último tiempo, porque lo extranjero seguirá existiendo y aumentando en su idiosincracia, como es el caso del autor.

¿Te sientes extranjero en México a pesar de todos los años que llevas allá?

Siento mucha identificación con México, es el país donde más he estudiado, creo que es el lugar que soy menos ignorante de lo que sucede, lo entiendo un poco más, y sin embargo no falta quien me dice ‘no se te va ese tonito’ como para marcar una diferencia. La cuestión es que hace uno con esa diferencia ¿la asume? En general los universitario somos bastantes privilegiados para poder manejarla, administrarla, sortearla y convivir con ella.

No sucede lo mismo con las centenares  de personas provenientes de Guatemala, El Salvador y Costa Rica que  pasan diariamente a México, con el objetivo de llegar a Estados Unidos.

Esos Centro Americanos no necesitan llegar a Estados Unidos para ser discriminados, basta que lleguen a México para que comiencen los tratos vejatorios.Incluso ya van unos 10 mil que antes de atravesar la frontera sur han desaparecido, y la política reivindicatoria no es coherente con la de descuido y maltrato que se lleva a cabo por mafias, a pesar que son los gobiernos los que marcan sus líneas divisorias para resguardar su nación.