Valparaíso en llamas no permite discusiones

  • 15-04-2014

Discrepo de Francisco Chahuán e Isabel Allende.

A contar del jueves y hasta el próximo martes, habrá doscientas grandes piezas, amobladas con sillas, sillones y sofá, con calentadores y algunas con microondas. Muchos baños, dos tremendos comedores capaces de recibir a un 5 por ciento de los damnificados porteños, una cocina considerada para alimentar a cuatrocientas personas, esta vez no con un menú cinco estrellas sino que nutritivo y de acuerdo a las circunstancias.

Tenemos cerca de doscientas personas para las cuales donar un millón de pesos, a poco mas de una semana de haber recibido sus sueldos y dietas, provocará cero escozor. Diputados y senadores, de esta manera, harán lo mínimo por los habitantes de la ciudad que visitan durante dos días a la semana. Un puerto, les aseguro, que la mayoría de los parlamentarios desconoce y el sector de La Pólvora debe de parecerles tan distantes como la base Frei en la Antártica.

La situación no da pábulo para discusiones si el Congreso sirve o no sirve de casa de acopio. Que haya sesiones el próximo martes 22, no obsta para que mientras tanto las familias con prole infantil, ocupe las calefaccionadas dependencias del horrible edificio de avenida Argentina.

Chahuán en gira, volando en ejecutiva, ofrece generosamente los bien cuidados jardines para un camping. Como si los damnificados tuvieran carpas. Leer esta donación tan singular, evoca el alimento de los vasallos en la edad media, es decir, las migas de pan que sobraban en la mesa de los señores feudales.

El ejército en vez de armas, debería recurrir a las palas y a la maquinaria extraordinaria que dispone para construir carreteras australes y lo cual no hace en forma gratuita. Además, accede a un porcentaje de los ingresos, no de las ganancias, del cobre. El ejército cuenta con cuadrillas, en otras palabras esta mejor organizado que nadie para colaborar en esta tarea humana en vez de preocuparse de apuntar a los civiles con la cabeza de sus fusiles.

Maravilloso que Conaf haya cerrado la temporada de riesgos forestales el 31 de marzo y de esta forma, devuelto los aviones que se contratan para tales efectos. En esta época de Hertz o leasing para todos los efectos, incluso las emergencias, es más económico arrendar por periodos incluso elementos para servir a la comunidad en catástrofes.

Finalmente, aplaudo la respuesta cuando una necia periodista de televisión pregunta a una pobladora por qué reside en determinado lugar, expuesto a altos riesgos: “Los pobres vivimos donde podemos, no donde queramos”.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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