Motín de cárcel brasileña finaliza con cinco muertos

Las prisiones de Brasil son consideradas como unas de las peores de América Latina, y grupos de defensa de los derechos humanos reclaman que se necesitan 200 mil plazas complementarias para dar cabida al total de los presos.

Las prisiones de Brasil son consideradas como unas de las peores de América Latina, y grupos de defensa de los derechos humanos reclaman que se necesitan 200 mil plazas complementarias para dar cabida al total de los presos.

El violento motín iniciado el domingo en una cárcel del sur de Brasil, que finalizó ayer luego de las negociaciones con las autoridades, dejó un saldo de cinco personas muertas -dos de ellas decapitadas- y otras 25 heridas.

Después de 45 horas de negociación, las autoridades lograron que los presos de la cárcel estatal de Cascavel, una ciudad en el sur de Brasil, pusieran fin a la revuelta donde exigían mejores condiciones de vida, luego de denunciar que eran alimentados con comida podrida y se les restringían las visitas.

Los brasileños estuvieron pendientes de esta noticia debido a la especial de violencia con que se desarrolló y a que los motines carcelarios violentos han escrito episodios traumáticos en la historia reciente del país.

Dos personas fueron decapitadas y otros dos presos murieron después de que el comando que lideró la protesta los lanzara desde el tejado de la prisión, a unos 15 metros de altura.

Las cárceles brasileñas son consideradas como unas de las peores de América Latina, y grupos de defensa de los derechos humanos reclaman que se necesitan 200 mil plazas suplementarias para dar cabida al total de la población carcelaria, que supera el medio millón.





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