Los áridos se forman por la descomposición de la roca que en forma natural cae a los lechos de los ríos. En el proceso de arrastre se van convirtiendo en arena y en ripio. Posteriormente son tratados como materias primas.
Considerados materiales baratos y abundantes, en la actualidad proyectos hidroeléctricos y mineros hacen peligrar su existencia, generando graves impactos en la biodiversidad.
Según los especialistas, y de acuerdo a cifras disponibles, se estima que la extracción de áridos asciende a 7 millones 500 mil metros cúbicos por año producidos, de los cuales cinco millones corresponden a gravas, gravilla y arenas, el resto se divide entre estabilizados (bases y subsbases de pavimentos) y puzolanas (fabricación de cemento).
Si se considera que Chile proyecta sumar otras 140.000 hectáreas a las ya 170.000 superficies urbanas existentes a nivel nacional, hacia 2030, según los datos de la división de Desarrollo Urbano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), la cifra se vería afectada si la formación natural de sedimentos comienza a bajar.
Un ejemplo de esta merma es el caso del rio Maipo. Organizaciones que se oponen al Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo advirtieron sobre las consecuencias que tendrá intervenir la cuenca de este rio, ya que uno de los mayores impactos negativos que se evidencian es el que tendría que ver con la capacidad de arrastre del sedimento del río Maipo.
Según estudios de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile, presentados en el marco del estudio de impacto ambiental del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo (PHAM), provocaría la disminución de sedimentos de cerca de tres millones de metros cúbicos.
La vocera de la Coordinadora Ciudadana Ríos del Maipo, Marcela Mella explicó que al comprometer los tres principales afluentes del rio Maipo, hay cerca de 100 kilómetros que va a dejar de tener esta capacidad de arrastre natural porque habrá menos agua.
“En los estudios que el mismo dueño del proyecto, Aes Gener entregó cuando evaluó ambientalmente el Proyecto Alto Maipo, da cuenta que por la construcción y después la entrada en operaciones del Proyecto Alto Maipo, el rio Maipo va a dejar de arrastrar sedimento entre un 15 y un 33 por ciento, eso llevado a números significa que va a haber tres millones de toneladas menos de áridos en el río Maipo”.
Marcela Mella destacó que este hecho también repercutirá en el negocio inmobiliario de Santiago, porque la escasez provocaría, eventualmente, encarecer todo el proceso de construcción en la capital, debido a que habría que trasladar este material desde otras ciudades.
Otro impacto directo que fue denunciado por organizaciones ambientalistas es el que se puede apreciar en el trabajo de los areneros artesanales, quienes durante décadas han vivido del sustento de esta extracción.
El representante de los trabajadores areneros de rio Maipo, Luis Bahamondes explicó que los sedimentos dejaron de correr naturalmente por los afluentes, a causa de la llegada de grandes empresas.
“Ellos en la alta montaña tienen piscinas de decantación, entonces ellos pasan el material por ahí, le sacan el material y mandan el agua a las turbinas limpias. ¿Qué significa eso?, que el material queda todo allá arriba. No sé si ellos le van a pagar a una empresa, o lo van a procesar y eso nos afecta directamente a nosotros que vivimos de esto, somos sindicatos de areneros y por lo menos 400 familias dependemos de esto”.
Otro de los aspectos que aparecen en el marco de la extracción de estos elementos, es el que dice relación con supuestos ilícitos que investigó la Contraloría en Antofagasta entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2013.
Entre las observaciones entregadas al Seremi de Bienes Nacionales de Antofagasta, Arnaldo Gómez se pueden constatar irregularidades como ventas a plazos, faltas de expedientes, falta de sistema de cobranza durante ese año, y arriendos tanto de uso industrial como de áridos, determinando una sobreexplotación más allá de la permitida y de superficie autorizada por Bienes Nacionales.
Este eventual desorden administrativo incluso podría derivar, según manifestó el Seremi Arnaldo Gómez, en acciones penales y judiciales.
El Seremi de Bienes Nacionales de Antofagasta precisó que el mayor impacto en la zona, por la extracción de sedimentos es la polución ambiental.
“En la región de Antofagasta el impacto mayor tiene que ver con la polución ambiental, en ese contexto las explotaciones que se autorizan por Bienes Nacionales tienen que necesariamente tener una certificación ambiental, y están asociadas a planes de retiro o de abandono del lugar para su restitución como bien fiscal. En ese marco, también recibimos el apoyo de las Seremías de Medio Ambiente en la materia, y también en el último semestre de 2014 en razón de los diagnósticos que hicieron las instituciones, se comenzó a exigir la certificación de las fuentes de área de las distintas empresas mineras de la zona”.
Según los especialistas, los impactos ambientales que provocaría la disminución de los áridos o la sobreexplotación de ellos, tienen que ver con efectos nocivos a la salud humana y al medioambiente en general, entre ellos la disminución de la calidad del aire por emisiones de material particulado, pérdidas de suelos de alto valor, deterioro de la salud y calidad de vida de las personas que viven cerca de las faenas de extracción, y riesgos potenciales de contaminación de napas subterráneas.