Fortaleza del dólar ralentiza comercio mundial

Las recientes caídas bursátiles en Europa y EE.UU. parecen estar mostrando, además, que el mercado percibe que no es hora de comprar debido a que la demanda y la inversión mundial muestran fuertes caídas y las políticas de dinero barato de los principales bancos centrales del mundo, con inyecciones por más de US$ 20 millones de millones (cerca del 25% del PIB mundial) y tasas de interés cercanas a cero, no consiguen incrementar la actividad económica real.

Las recientes caídas bursátiles en Europa y EE.UU. parecen estar mostrando, además, que el mercado percibe que no es hora de comprar debido a que la demanda y la inversión mundial muestran fuertes caídas y las políticas de dinero barato de los principales bancos centrales del mundo, con inyecciones por más de US$ 20 millones de millones (cerca del 25% del PIB mundial) y tasas de interés cercanas a cero, no consiguen incrementar la actividad económica real.

El índice Baltic Dry o Baltic Exchange Dry Index (BDI), un indicador que mide los fletes marítimos de carga a granel seca de unas 20 rutas marítimas claves de todo el mundo, se encuentra en sus mínimos en 40 años, tal como puede observarse en el siguiente gráfico.

Gráfico BDI

Junto al elevado déficit comercial de Estados Unidos (el mayor en los últimos siete años) ambos constituyen señales que podrían explicar -en parte- por qué en Chile, el grupo de expertos que mide el precio del cobre de largo plazo redujo sus previsiones a un promedio anual de US$ 2,77 la libra para 2015, una disminución de 31 centavos de dólar respecto a la proyección efectuada en la encuesta de octubre 2014, de US$ 3,08 la libra.

Las recientes caídas bursátiles en Europa y EE.UU. parecen estar mostrando, además, que el mercado percibe que no es hora de comprar debido a que la demanda y la inversión mundial muestran fuertes caídas y las políticas de dinero barato de los principales bancos centrales del mundo, con inyecciones por más de US$ 20 millones de millones (cerca del 25% del PIB mundial) y tasas de interés cercanas a cero, no consiguen incrementar la actividad económica real.

El índice Baltic Dry, que muestra la actividad comercial y la distribución de productos en buena parte del mundo, llegó la semana pasada a los 580 puntos, su nivel más bajo en cinco años. En 2008 este indicador superaba los 11 mil puntos.

Por su parte, la debilidad de los datos de comercio de EE.UU. ha arrastrado el déficit en la balanza comercial de la potencia del Norte a US$ 51.400 millones, una cifra que no se veía desde finales de 2008 y que se explica por el robustecimiento del dólar, que le quita competitividad internacional a la producción norteamericana. Es decir, la aparente calma de los mercados financieros y las nuevas burbujas, denunciadas por la propia presidenta de la FED, Janet Yellen, han enmascarado hasta ahora la mantención de la crisis.

De allí que ultrarricos como Bill Gates y Warren Buffet hayan llamado a crear una “canasta de monedas” (como se hizo en Chile en los 80), en la que se incluya al yuan chino, de manera de terminar con la incertidumbre del dólar como divisa mundial, hecho que, a su turno, se ha transformado en la principal debilidad de la economía norteamericana, pero que si se debilitara, sería también la gran amenaza para los productores europeos.

Por eso, el precio de los bonos de deuda soberana ha comenzado a caer provocando un fuerte aumento en sus rendimientos, revirtiendo así la corta la tendencia a la baja en la prima de riesgo y obligando a que países como España, Italia o el propio Estados Unidos, paguen más por sus cuantiosas deudas. Talvez una canasta de monedas pondría en su lugar la real fortaleza del dólar para los mercados financieros y se reequilibraría su relación con el euro y el yen, evitando una guerra de divisas a escala global, que sólo empobrecerá aún más a los países en confrontación.

Para Chile en tanto, un debilitamiento internacional del dólar sería de dulce y agraz: menos ingresos en pesos para los exportadores mineros, entre ellos el cobre y Codelco, aunque productos importados más baratos, más consumo y menos inflación.

 





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