Tres de los generales involucrados en el fracasado golpe de Estado contra el presidente Pierre Nkurunziza, se rindieron a las fuerzas leales la gobierno, no sin antes alertar que lo hacían luego de haber abandonado sus armas y con una advertencia de por medio, como afirmó el general Godefroid Niyombare, principal cabecilla del golpe: ‘espero que no nos maten’. El portavoz de los soldados alzados, el comisario de policía Vénon Ndabaneze, dijo a la agencia de noticias AFP ‘hemos llamado al ministro de Seguridad Pública y al ministro de Defensa para decirles que ya no teníamos armas’.
Más tarde, un soldado leal al gobierno dijo que Niyombare habría escapado y estaría escondido en un barrio del sur de la capital Buyumbura. Niyombare había declarado poco antes a RFI que su objetivo ‘no era un golpe de Estado sino el rechazo de la violación de la Constitución, de la violación de los acuerdos que nos ayudaron a restablecer la paz en Burundi’, en referencia al acuerdo de Arusha que puso fin a la sangrienta guerra civil de 1993 y 2006.
El pasado miércoles un grupo de militares declaró que el presidente Nkurunziza, en ese momento de viaje en la vecina Tanzania, había sido destituido de su cargo en razón de su negativa a renunciar a un tercer mandato presidencial, prohibido por la Constitución. La designación de Nkurunziza, el 25 de abril, como candidato a la presidencia para las elecciones del 26 de junio, desencadenó una ola de protestas populares que han dejado al menos 20 muertos.
El presidente Nkurunziza habría regresado a Burundi, aunque nadie sabe a ciencia cierta dónde está alojado. Debería intervenir públicamente este viernes, afirmaron fuentes del palacio presidencial. Los opositores a un nuevo mandato del presidente convocaron a una nueva manifestación. Vital Nshimirimana, líder del colectivo anti tercer mandato, declaró a RFI ‘nuestra movilización debe desarrollarse aun más, tanto más que hacemos frente a un Estado pirómano, un gobierno pirómano, a dirigentes pirómanos’.
Estados Unidos llamó ayer jueves a sus ciudadanos presentes en Burundi a quitar el pais rápidamente. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, hizo un llamado a la calma, en tanto que el Consejo de Seguridad de la ONU condenó la fallida asonada militar.
Burundi, país de cerca de 10 millones de habitantes, es uno de los más atrasados del mundo. Ocupa el 178 lugar de la lista de 187 países en el índice de desarrollo humano de la ONU. Su tasa de natalidad de más de 3% anual es de las más elevadas del mundo. El Alto Comisionado de la ONU para los refugiados (HCR) declaró este viernes que estaba inquieto en razón de la huída masiva de más de 100 mil burundeses a los países vecinos (Rwanda, República Democrática del Congo y Tanzania) desde el inicio de las protestas contra la reelección de Pierre Nkurunziza.