Este lunes, con una ceremonia realizada en el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), se puso punto final a una larga historia que comenzó en 2001 en una casa de remates, donde se incautaron unas 300 piezas arqueológicas provenientes de Ecuador y Perú.
Desde entonces, se inició un largo proceso que culminó con la entrega de 189 de esos objetos a las embajadas de ambas naciones. Esto, porque luego del decomiso el caso pasó al 34° Juzgado del Crimen de Santiago por el delito de fraude aduanero y el Tribunal Aduanero determinó que las piezas fueran custodiadas por el Museo de Historia Natural (MHN).
Ahí, en los depósitos de conservación de la institución ubicada en Quinta Normal, permanecieron hasta ahora y fueron periciadas por Victoria Castro, arqueóloga y académica de la Universidad de Chile, quien explicó que “su valor cultural es invaluable”.
“Son piezas precolombinas, que podríamos situar entre los años 100 y 1.500 después de Cristo. Corresponden a diferentes culturas de Ecuador y Perú, algunas más tempranas y otras más tardías. Hay muchas figuras antropomorfas ecuatorianas que son extraordinarias. También hay piezas antropomorfas, zoomorfas y pintadas, de cerámica, de las culturas precolombinas de Perú”, señaló la especialista.
En particular, el embajador de Perú, Fernando Rojas, recibió 74 piezas provenientes de las culturas Sicán, Chimú, Nazca y Moche. Mientras, el representante de Ecuador, Homero Arellano, recibió 115 piezas, entre las que se encuentran figuras de cerámica de la cultura Manta, La Tolita y Jama Coaque.
El director del Museo de Historia Natural, Claudio Gómez, recalcó que el proceso podría haber sido mucho más breve si es que Chile hubiera suscrito antes la Convención Contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, ratificada recién en septiembre del año pasado: “Si Chile hubiera sido signatario, esto se hubiera podido resolver por la vía administrativa. Se habrían incautado las cosas, se hubiera demostrado que no estaban ingresadas con respaldo y se hubieran devuelto, pero como no lo éramos, se tuvo que seguir un proceso judicial y por la justicia antigua. Chile era parte de una escasa minoría de países que no había ratificado la convención. Ahora sí lo hicimos y la protección es automática, pero no es retroactiva”, indicó.
Según indicó Victoria Castro, las piezas que no fueron entregadas a los embajadores no son originales o corresponden a culturas precolombinas de otros países que no han sido reclamadas, por lo que se mantendrán en el Museo de Historia Natural.