Prueba de la importancia del texto, fue presentado en la sala del Sínodo del Vaticano y no en la sala de prensa, mucho más pequeña. La introducción estuvo a cargo del cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, quien redactó la primera parte.
El cardenal recordó que el nombre de la encíclica “’Laudato si’ (Alabado seas) sobre el cuidado de la casa común”, tiene su origen en el Cántico de las Criaturas, de San Francisco de Asís. Una cuestión que invita a reflexionar sobre los valores en los que se basa la vida social.
“Laudato si’ es un texto muy denso que se articula en seis capítulos. Empieza con un panorama detallado por la ciencia, que establece un diagnóstico alarmante sobre el estado de “nuestra casa común”.
Cambios climáticos, dificultades para acceder al agua, pérdida de la biodiversidad: el papa argentino evoca además la deuda ecológica del Norte hacia el Sur, y vincula esto al relato bíblico de la Creación, donde la relación con Dios, con el prójimo y con la Tierra ha sido corrompida.
Los responsables de esta calamidad son designados. La política, la tecnología y a las finanzas aparecen como depredadores del medio ambiente y generadores pobreza.
“La humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilo de vida, de producción y de consumo”, urge el papa.
El jefe de la iglesia católica acusa a “la política y a las empresas de no estar a la altura de los desafíos mundiales”, tras haber hecho un “uso irresponsable de los bienes que Dios ha puesto” en la Tierra.
“La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, subraya el pontífice, que denuncia los estragos del capitalismo salvaje.
El texto, de 200 páginas, fue publicado en seis idiomas, entre ellos español, y va dirigido a toda la humanidad, no sólo a los católicos.
Para enfrentar este desafío ecológico, el Papa pide una revolución cultural que postule un nuevo modelo de desarrollo, basado en la sobriedad y la solidaridad.
“Ha llegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se pueda crecer sanamente en otras partes”, afirmó.
La encíclica fue presentada a seis meses de la cumbre de Naciones Unidas sobre el calentamiento climático, prevista en diciembre en París.