Nueva “semana negra” en bolsas mundiales

Tal como la semana antepasada, la sorpresiva devaluación del yuan y el desplome en los mercados bursátiles chinos está provocando un aterrizaje forzoso que afecta la incipiente recuperación observada en EE.UU. y el viejo continente. Los precios de las materias primas se han desplomado tras años de sobrevaloración por burbujas especulativas, luego del drástico deterioro de la demanda mundial.

Tal como la semana antepasada, la sorpresiva devaluación del yuan y el desplome en los mercados bursátiles chinos está provocando un aterrizaje forzoso que afecta la incipiente recuperación observada en EE.UU. y el viejo continente. Los precios de las materias primas se han desplomado tras años de sobrevaloración por burbujas especulativas, luego del drástico deterioro de la demanda mundial.

La caída de precios los comoditties como cobre, hierro y productos alimenticios, así como el desplome de los valores del petróleo ha reducido el valor bursátil de las empresas productoras en US$ 2,05 millones de millones en los últimos 12 meses, suma equivalente a nueve veces el PIB de Chile, según datos compilados por Bloomberg, lo que ha afectado fundamentalmente a países emergentes.

Y luego que el sector industrial de China se contrajera a su nivel más bajo del último sexenio en agosto y que sus malas cifras de exportación y fuerte reducción de la demanda interna obligara a Beijing a depreciar su moneda, los mercados globales han ingresado en un nuevo loop, los que desde esta mañana sufren violentas caídas en una suerte de efecto dominó tras el derrumbe que observaron en la madrugada plazas asiáticas como Shanghái, Hong Kong.

Shanghai cayó 8,5 por ciento la mayor baja en ocho años debido a menores compras estatales destinadas a sostener el precio de los papeles. El Hang Seng de Hong Kong se contrajo de 4,64 por ciento, la más grande caída del año, contagiando a Wall Street, que muestra su peor sesión desde 2011, mientras el Nasdaq pierde 7,6 por ciento. En Europa, en tanto, el CAC 40 de París pierde 6,8 por ciento, mientras que el DAX de Frankfurt retrocede 5,51 por ciento, Londres cede 5,31 por ciento, el IBEX de España baja 6,21 por ciento y la bolsa de Milán se desploma 5,99 por ciento.

Tal como la semana antepasada, la sorpresiva devaluación del yuan y el desplome en los mercados bursátiles chinos está provocando un aterrizaje forzoso que afecta la incipiente recuperación observada en EE.UU. y el viejo continente. Los precios de las materias primas se han desplomado tras años de sobrevaloración por burbujas especulativas, luego del drástico deterioro de la demanda mundial.

Hasta hace poco este deterioro era neutralizado por la demanda de China, el principal consumidor de materias primas, pero su desaceleración ha arrastrado al índice de materias primas de Bloomberg a su nivel más bajo desde el 2002, llevando, entre otros, el precio del cobre a US$ 2,21 la libra hoy, casi el valor de producción promedio en Chile, y al petróleo a US$ 40,45 el barril

No obstante que los analistas esperaban una pronta alza de la tasa de interés por parte de la FED, este aumento se hace ahora menos probable. El potencial de nuevas devaluaciones del yuan chino no sólo hace difícil elevar las tasas en EE.UU., sino que alienta riesgos deflacionarios para la economía mundial.

Expertos de bancos globales han dicho que esta volatilidad de los mercados va a continuar por un tiempo debido a las dudas sobre la actividad mundial, hecho que ha impulsado a los inversionistas a pasar de la renta variable hacia bonos gubernamentales más seguros, entre ellos los del Tesoro de EE.UU.. Esto fortalece en dólar a nivel internacional y asegura, para el caso de Chile, que tendremos un tipo de cambio más cercano a los $700 que a los $620 de hace un par de meses, afectando la inflación interna y la demanda por productos importados.

Los analistas, empero, no pierden la esperanza que pronto debería venir una estabilización de los datos macroeconómicos en China, ayudada por nuevas medidas del gobierno de Beijing, si fueran necesarias, pues parte relevante del “lunes negro” se debería a la decepción de los inversionistas sobre la actitud del gobierno de Beijing que no anunció medidas adicionales de respaldo.





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