Las ciencias sociales no son neutrales y el periodismo tampoco lo es. Así lo afirma el periodista y sociólogo argentino Pedro Brieger, conocido por sus análisis sobre la realidad chilena y en particular por sus comentarios sobre el movimiento estudiantil de 2011 cuando los medios nacionales centraban su parrilla informativa en los enfrentamientos entre encapuchados y la policía.
En conversación con Radio Universidad de Chile, el comentarista de la Televisión Pública argentina sostuvo que durante mucho tiempo la gente creyó la afirmación de que los medios eran “objetivos”, situación que para Brieger está lejos de la realidad.
“Creo que durante mucho tiempo los medios de comunicación construyeron un aura de objetividad, como si estuvieran por sobre la sociedad, casi como por fuera de la sociedad y tuvieran una verdad revelada. Cada noticiero, cada diario al elegir una información, al jerarquizarla, al tomar una foto está tomando una postura política también porque al fin y al cabo, lo que está transmitiendo es su visión de lo que considera es la realidad y lo importante para un determinado momento”, precisó.
El sociólogo que participará este jueves en el foro “Reformas en América Latina: hegemonía y medios de comunicación” que se realizará hoy a las 18 horas en el Instituto de Ciencias Alejandro Lipchutz, comentó que esta situación se ha modificado y las audiencias ahora buscan otras vías de comunicación que les permita conseguir otras informaciones que contrastan los discursos hegemónicos de las grandes cadenas privadas.
Uno de los problemas que advierte Pedro Brieger es la falta de medios de comunicación de algunos gobiernos de la región que les impide colocar su propia agenda ante la opinión pública.
“Creo que los gobiernos progresistas –en el amplio sentido de la palabra- han sido muy disímiles respecto del tema de los medios de comunicación. Chile, por ejemplo, no tiene una agencia de noticias del Estado. Hay países como la Argentina que tiene una larga tradición de agencia de noticias del Estado. Entonces existe una seria dificultad por parte del propio Gobierno de comunicar lo que está haciendo. Esto, para los gobiernos progresistas en particular, representa un problema, porque la pregunta es quién marca la agenda política. Y la agenda política la siguen marcando los medios de comunicación que en la mayoría de los casos están enfrentados con el Gobierno”, comentó Brieger.
Las nuevas tecnologías son otro ingrediente que se suma a un nuevo cuadro donde los medios tradicionales buscan uniformar la información hacia intereses de las corporaciones que representan, como por ejemplo durante el mismo movimiento estudiantil de 2011 en Chile cuando los jóvenes utilizaron las plataformas digitales para mostrar su perspectiva de lo que estaba ocurriendo.
Para Brieger, “gran parte de la transformación tiene que ver con el hecho de que muchos ciudadanos o un conjunto de ciudadanos han podido utilizar las nuevas tecnologías para transmitir ellos directamente, sin necesidad de depender de los medios de comunicación. Es lo que pasó con la revuelta de los estudiantes en Chile en el año 2011 cuando, por ejemplo, transmitían con una computadora en alguna universidad las imágenes sin depender de lo que pasaba por los medios de comunicación”, lo que crea una independencia de los movimientos sociales de los discursos que cada medio intenta imponer a través de sus parrillas informativas sobre la contingencia.