Finalmente este sábado las 195 naciones reunidas en la XXI Conferencia sobre Cambio Climático, llegaron a acuerdo y presentaron el documento final. El documento que tardó más de dos semanas en redactarse, fue calificado por el canciller de Francia y presidente de la Cumbre, Laurent Fabius, como justo y vinculante.
El objetivo central del acuerdo, es la voluntad y el compromiso de los países en hacer todos los esfuerzos posibles para que la temperatura de la tierra no supere los dos grados, tomando como medía el periodo inmediatamente anterior al comienzo de la revolución industrial, proceso que aumentó dramáticamente las emanaciones de dióxido de carbono.
El diputado y miembro de la comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara Baja, Patricio Vallespín, celebró acuerdo señaló que “los científicos ya dieron su opinión y llegó el momento en que la política tiene que tomar decisiones. Ahora nadie puede dudar de que el cambio climático sea un problema global que hay que enfrentar. Hasta empresas de las más importantes del mundo están haciendo compromisos de invertir en energías renovables y reducir en muchos casos sus consumos de combustibles fósiles”,
El problema de las energías fósiles
La utilización de combustibles fósiles despide dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global. Si bien el CO2 es un gas presente en la tierra desde sus orígenes, desde el comienzo de la revolución industrial ha habido un aumento sostenido, que se ha traducido en un aumento de la temperatura en la tierra.
El acuerdo suscrito en París, se diferencia de otros de la misma naturaleza, en tanto se trata de un pacto jurídicamente vinculante que deberá ser revisado cada cinco años y sobre todo, porque contiene el mandato a las naciones desarrolladas de apoyar a los países en vías de desarrollo Los fondos preliminares comprometidos por las potencias con estos fines se calculan cercanos a los cien mil millones de dólares al año desde 2020, fecha en que el acuerdo suscrito entrará en vigencia, reemplazando al actualmente vigente Protocolo de Kioto.
Prácticamente todos los estados partícipes en la Cumbre, han propuesto medidas concretas en sus países para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero. En el caso de nuestro país, la Presidenta Michelle Bachelet se comprometió a rebajar enun 30 por ciento sus emisiones de aquí al año 2030, considerando que Chile aporta sólo un 0.29 por ciento del total de emisiones realizadas en el planeta.
Preservar los recursos naturales
Matías Asún, director ejecutivo de Greenpeace, señaló que considerando las cifras, los esfuerzos de nuestro país no deberían centrarse tanto en la disminución del CO2, sino que en la preservación de recursos hídricos y en la protección de los glaciares.
“Desde ese punto de vista no cabe ninguna duda que el aporte de Chile tiene que ver con la preservación del 82 por ciento de los glaciares del continente que están sobre territorio nacional. Evidentemente el que hoy día contemos con una ley de glaciares que los proteja a todos y no que sea una ley hecha a la medida como si fuera un sastre a la medida del traje que necesitan los inversores mineros en Chile”, señaló el medioambientalista.
Además, el vocero de Greenpeace puso énfasis en la ley de glaciares que actualmente se está discutiendo en el congreso y que reviste una enorme importancia en materia de preservación.
En Chile existen cerca de 24 mil glaciares, que cubren 23 mil kilómetros cuadrados de territorio, lo que sitúa al país, como una de las principales reservas de agua sólida del continente. El proyecto de ley de preservación de glaciares, que se discute actualmente en el parlamento, establece que sólo serán protegidas las masas de agua que se encuentran dentro de reservas nacionales, lo que deja totalmente desprotegidos a una gran parte de ellos.