Una fuerte caída en su aprobación obtuvo la Presidenta Michelle Bachelet en la encuesta Adimark del mes de mayo. La desaprobación a la Mandataria anotó un aumento de siete puntos, alcanzando un 72 por ciento, mientras que el apoyo bajó cinco puntos, ubicándose en su mínimo histórico de un 24 por ciento.
La Presidenta registra una disminución en seis de siete atributos considerados, entre los que destacan “es activa y enérgica” con una disminución de 9 puntos, “cuenta con capacidad para solucionar los problemas del país” con -7 puntos y “genera confianza” con una disminución de 8 puntos.
Además, en el sondeo de este mes el Gobierno alcanzó su peor evaluación con un 80 por ciento de desaprobación y sólo un 18 por ciento de aprobación y el promedio de evaluación del gabinete ministerial cayó al 43 por ciento, el mínimo registrado en este mandato.
Para Fernando García, Director del Magíster en Política y Gobierno de la Universidad Diego Portales, esta encuesta revela que Michelle Bachelet está perdiendo apoyo de su electorado duro, quienes están decepcionados ante el nulo avance de reformas que fueron sustanciales en su campaña presidencial.
“La gente que había creído en la reforma laboral, la reforma educacional, la reforma tributaria, me atrevo a decir incluso en una reforma a la Constitución, hoy día después de todo este tiempo no recibe ningún beneficio de haber votado por Michelle Bachelet, no cambia el país, el programa de cambio estructural no llegó”, expresó el analista, para quien en la cuenta pública de este 21 de mayo la Presidenta Bachelet desaprovechó la oportunidad de demostrar que ella es quien gobierna la nación y no consiguió capitalizar sus aptitudes de liderazgo.
“No es ella la que está llevando este buque, tanto la reforma laboral como la educacional muestran una pérdida de brújula que no deja contentos ni a moros ni a cristianos. Al final, no se sabe para quién está gobernando”, señala.
A su juicio, los malos resultados para el Gobierno en esta encuesta Adimark no necesariamente se traducirían en un beneficio para la derecha, sino que abrirían espacio para otro tipo de propuestas independientes a ambos sectores.