Los trabajadores de la Mina Santa Ana de Curanilahue llevan 38 días a una profundidad de 700 metros en el pique de carbón que defienden del remate. El Gobierno aún no se pronuncia sobre el aporte permanente que hará para generar un convenio con el empresario penquista que consiguieron los mineros para salir de la crisis en la que se encuentra esta faena.
Los 171 trabajadores de este yacimiento de carbón se constituyeron como empresa y han generado una relación con un empresario de la construcción que quiere hacerse cargo de financiar esta minera, pero necesita del Gobierno para que sea su contraparte.
Luis Chandía presidente de la agrupación de trabajadores comenta que el liquidador de la quiebra, con quien tiene buenas relaciones, tiene la función de vender, pero ellos justamente es lo que están deteniendo. Por el contrario, “el seremi de minería quiere justamente que se venda todo, porque en la mafia que tiene con los pequeños y medianos pirquineros buscan quedarse con la propiedad minera ese es el fin de ese señor”, denunció.
Sumado a esto, esta autoridad regional “salió en los medios locales diciendo que nos habían pagado los finiquitos algo que es totalmente falso, porque aún se nos deben por eso somos los acreedores principales de la quiebra”, profundiza el minero.
El vocero de los trabajadores de la Mina Santa Ana con rabia puntualizó: “Con nuestro carbón se le soluciona el problema a todos estos mafiosos del carbón que por años han sido apoyados por el Gobierno. El año pasado aprobaron un proyecto de 2 mil millones de pesos para empresarios del carbón que ni siquiera le pagan cotizaciones a su gente, así es el maltrato que tienen estos tipos con sus trabajadores, les pagan una porquería de palta, no le pagan imposiciones y si se llegan a accidentar que se las arreglen por su cuenta. El problema es que a ellos si los apoyan y a nosotros que queremos ser una empresa con todas las de la ley nos dejan esperando (bajo tierra)”.