“Hubo una bomba y un suicida se hizo estallar en el sector de Bab al Saghir”, donde se hallan muchos mausoleos chiitas, informó a la AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Rahman dio cuenta de al menos 46 muertos, entre ellos numerosos peregrinos chiitas iraquíes, y “decenas de heridos, algunos graves”.
El ministerio de Relaciones Exteriores iraquí indicó, por su parte, que unos cuarenta ciudadanos iraquíes habían muerto y que había más de 100 heridos.
Según el ministro de Interior sirio, Mohamad al Shaar, el ataque fue contra “peregrinos de diferentes nacionalidades árabes”.
El canal sirio mostró imágenes de varios autobuses blancos devastados, con los cristales rotos y las bodegas destrozadas. Otros estaban carbonizados. En el suelo se podían ver zapatos, gafas y sillas rodantes esparcidos junto a charcos de sangre.
Hasta el momento el ataque no ha sido reivindicado.
El sector del atentado de este sábado está situado en una zona en donde hay numerosos mausoleos chiitas, considerados como etapas de peregrinaje, pero también mausoleos sunitas.
En los últimos años se produjeron varios atentados sangrientos en Sayeda Zeinab, una importante etapa de peregrinación chiita cerca de Damasco.
La mayoría fueron reivindicados por grupos yihadistas hostiles a Irán y al movimiento chiita libanés Hezbolá, principales aliados del régimen de Bashar al Asad.