Durante horas de esta mañana, la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica FEUC, entregaron a Ignacio Sánchez, rector de esa casa de estudios, los resultados del plebiscito organizado en el marco de la aprobación del proyecto de aborto en 3 causales.
Bajo el lema “Que la UC sirva sin objeciones”, la campaña promovida por la Feuc entre los días 11 y 14 de septiembre, contó con el voto de cerca de 12 mil estudiantes y arrojó contundentes resultados.
El 70,47 por ciento dijo aprobar el proyecto de ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en 3 causales; el 54 por ciento manifestó su rechazo a que la red de salud UC-Christus aplique la objeción de conciencia institucional; y un 75,69 por ciento de los votantes dijo que rechaza que los profesionales de la salud contratados por la UC estén imposibilitados de realizar abortos en otras instituciones.
El plebiscito tenía como objetivo recoger la opinión de los estudiantes en esta materia y dejar en claro que la opinión del rector no representa necesariamente a toda la comunidad.
Esta tensión entre la postura de la FEUC y la del rector, se produjo tras una serie de declaraciones emitidas por Sánchez donde afirmó que la Universidad rechazaba el proyecto y que se aplicaría una “objeción de conciencia institucional”, es decir, que no se practicarían abortos en ninguno de los centros de salud de la red UC.
Luego de que el Tribunal Constitucional diera luz verde definitiva al proyecto, el rector afirmó que las personas que tuviesen contratos de dedicación exclusiva con la universidad deberían oponer la objeción de conciencia incluso en otros servicios de salud.
Todo lo anterior fue agudizado luego de que se conociera que el servicio de urgencia del Hospital Clínico de la UC atendió al sacerdote Fernando Karadima condenado por el Vaticano por abuso sexual y de menores.
Esta situación, generó la inmediata respuesta de la FEUC, quien a través de un comunicado explicó que tal y como no se le negó la atención médica a un personaje reprochable como Karadima, tampoco debería “eximirse de atender a una mujer que carga con el dolor de un embarazo inviable o aquella que ha sido victima de un atropello tan fuerte como es una violación.
“La incoherencia es insostenible. Los derechos fundamentales son universales”, se lee en la declaración.