No fue la práctica del ejercicio democrático del voto, ni la contundente ventaja de Nicolás Maduro sobre sus contrincantes, ni la tranquilidad de la jornada electoral venezolana: fue la alta abstención de la población la que acaparó todas las portadas de la prensa occidental.
En el mundo político la reacción fue bastante parecida: líderes locales y de varios países han dicho que no reconocen los resultados, incluso desde antes de que éstos se dieran a conocer.
Y es cierto, desde que comenzó la era democrática en Venezuela no se tenía registro de una participación tan baja, pues solo el 48 por ciento del padrón electoral ejerció su derecho a voto. Hasta este domingo, la contienda que había tenido la menor participación era la del año 2000, cuando un 56,6 por ciento de los venezolanos habilitados para votar, votó.
Ocho puntos porcentuales menos de participación tuvieron las elecciones recién pasadas, lo que, sin embargo, no deja a Venezuela en una posición tan distinta al resto de los países de la región.
Datos sobre la mesa: según el segundo boletín del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, y con un índice de transmisión del 97,78 por ciento, quienes acudieron a las urnas para ejercer su derecho al voto fueron 9.132.655 venezolanos, lo que equivale al 46,02 por ciento del padrón electoral.
Del total de sufragios, 6.190.612 de votos fueron a favor de Nicolás Maduro, lo que representa un 67,7 por ciento del total de los votos emitidos, y un 31,7 por ciento del padrón electoral.
Desde nuestro país, el presidente Sebastián Piñera afirmó que su gobierno no reconoce el proceso electoral acontecido en Venezuela. “(…) no representan la voluntad libre y soberana del pueblo venezolano”, escribió a través de su cuenta de Twitter.
Sin embargo, las cifras con las que Piñera llegó al poder son aún más bajas que las de Nicolás Maduro. En segunda vuelta, solo votaron 7.032.523 chilenos, lo que representa el 49,02 por ciento del padrón electoral. De estos votos, 3.796.579 fueron para el actual mandatario, lo que alcanza apenas el 26,5 por ciento del total de sufragios posibles.
Otro que desconoce los resultados de la elección en Venezuela es el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a pesar de que él llegó al poder con menos apoyo que Nicolás Maduro.
De hecho, de los 32.975.158 colombianos habilitados para votar en aquella elección del 2014, solo 7.816.978 marcaron a Santos, lo que representa un 23 por ciento. En otras palabras, menos del cuarto del padrón electoral colombiano eligió a su actual presidente.
En México, las elecciones generales que se celebraron en 2012 alcanzaron los 50.323.153 de votos, lo que representa un 63 por ciento de participación. El actual presidente, Enrique Peña Nieto obtuvo 19.158.592 de sufragios, en otras palabras, solo el 38 por ciento de los mexicanos habilitados para votar lo hizo por él.
Por otra parte, el actual mandatario de Brasil, Michel Temer, llegó al poder con un cero por ciento de los votos. Así, tal cual, pues Temer llegó al máximo cargo del Brasil mediante una operación que muchos califican como un golpe de Estado parlamentario, a través del cual se destituyó a Dilma Rousseff.
Martín Vizcarra, presidente de Perú, ocupa el cargo debido a la renuncia de su antecesor, Pedro Pablo Kuczynski. Si bien fue un traspaso constitucional, ningún peruano votó por él.
Los países a los que se ha hecho mención comparten algo en común: forman parte del llamado Grupo de Lima, instancia multilateral conformada por algunas naciones regionales que ha prometido sancionar a Venezuela por la “ilegitimidad” de sus elecciones. Sin embargo, la realidad de mucho de sus países miembros cuenta con peores cifras que las obtenidas en las elecciones venezolanas.
Para el periodista y analista internacional Pablo Jofré, quien viajó a Venezuela para observar el proceso, el hecho de que se destaque la alta abstención en el país caribeño y no en las otras naciones obedece a “la guerra comunicacional que se tiene contra Venezuela”.
Jofré destacó que muchos de los países que critican y sancionan a Venezuela carecen de autoridad moral, pues sus cifras electorales no son mejores.
“El porcentaje de participación se acerca al 50 por ciento, que está en la media de muchos procesos electorales del mundo. No es que a mal de muchos consuelo de bobos, pero indudablemente si se hace un análisis, debe mirarse desde el interior, y en ese plano, parte importante de los países del Grupo de Lima, que desconocen los resultados electorales en Venezuela, deberían mirarse hacia el interior y ver cómo la alta abstención se ha venido desarrollando en múltiples elecciones”.
También recalcó que al analizar las cifras que arrojó el proceso electoral venezolano, debe hacerse poniendo en la mesa todos los factores, incluida la “guerra” que desde varios puntos de vista se libra contra el gobierno de Nicolás Maduro.
“Hay que considerar que la notoriedad de la baja participación es en función de la altísima votación que ha tenido siempre Venezuela, ese debe ser el referente, el punto de mira, y en ese plano, también considerar que la participación en un periodo de crisis, en un periodo donde se ha librado una guerra económica, política y diplomática contra Venezuela, va también en el análisis que hay que hacer”.
En ese sentido, consideró que el hecho de que la gente haya salido a votar a pesar de la crisis que enfrenta el país caribeño, es una señal positiva de cómo se ha ido desenvolviendo el gobierno en Venezuela.
Así las cosas, y pese a las amenazas de Estados Unidos y sus aliados europeos y latinoamericanos, la jornada de este martes, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela proclamó a Nicolás Maduro Moros como el presidente legítimo de Venezuela para el periodo 2019-2025. “Es la expresión fiel de la voluntad de los venezolanos”, aseveró la presidenta de la institución, Tibisay Lucena.