Sin mayores expectativas en sus resultados se encuentran organizaciones laicas y expertos en temas de la Iglesia Católica sobre la asamblea plenaria extraordinaria de obispos, que se realiza en Punta de Tralca.
La reunión, que comenzó el pasado lunes y dura hasta este viernes, está determinada por la investigación del fiscal Emiliano Arias, que apunta, entre otras materias, a la figura del arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, como encubridor en casos de abuso sexual.
Este jueves, el administrador apostólico de la diócesis de Rancagua, Fernando Ramos, salió del claustro para confirmar que los sacerdotes de dicha sede, Héctor Fuentes, de Peumo, y Freddy Gorigoitía, de la localidad de El Manzano, en la comuna de Las Cabras, presentaron su renuncia en el contexto de la indagatoria que la fiscalía regional de O’Higgins lleva adelante por causas de abusos contra menores de edad.
“Ellos dos eran parte de los 14 sacerdotes que están con el ejercicio del ministerio restringido, porque existe un proceso de investigación por los hechos por todos conocidos. Ahora hay que hacer un informe detallado de las circunstancias y enviarlo a la Santa Sede, donde en último término, el que decide sobre este acto es el Santo Padre”, afirmó.
En la residencia de Punta de Tralca, los obispos analizan la crisis de la Iglesia y una posible modificación al protocolo de abusos.
El vocero de los Laicos de Osorno, Juan Carlos Claret, manifestó que tiene nulas expectativas respecto a los cambios que puedan salir de la reunión plenaria, tomando en cuenta que son los mismos obispos acusados de encubrir casos los que se están evaluando. Además, precisó se ha llevado a cabo bajo estricto hermetismo y sin que las comunidades de laicos puedan ser escuchadas.
“En primer lugar, los obispos no están entendiendo nada, en segundo lugar, son los mismos que han tapado los hechos durante años, quienes han permitido esta cultura del encubrimiento. Entonces, cómo vamos a confiar que de ellos va a venir una solución. Cuando el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva, dice los que están haciendo este lío son los no creyentes, nosotros decimos que los de Osorno somos católicos. No pueden pretender generar los cambios si es que no escuchan a sus propias comunidades y deciden y disciernen entre cuatro paredes, escuchando a los mismos de siempre”, argumentó.
Una opinión similar manifestó el teólogo Álvaro Ramis, quien recalcó que no tiene mayores confianzas sobre los resultados después de cinco días de claustro.
Para el también doctor en filosofía, no habrá grandes modificaciones al proceder de los obispos, sin embargo, indicó que podría haber novedades sobre la constitución de la directiva de la Conferencia Episcopal, pero sin grandes decisiones, debido a que los prelados cuestionados, como Ricardo Ezzati, siguen influenciando a la organización clerical.
“Al final solo va haber una declaración formal, a lo mejor algún cambio en la cúpula de la Conferencia Episcopal, debido a que hay nuevos administradores apostólicos, quienes han asumido nuevas tareas, pero no espero grandes decisiones tal cual está el panorama. Todavía se necesitan más cambios de obispos para que se refleje una correlación nuevas de fuerzas, voces que manifiesten un punto de vista diferente a lo que ya hemos escuchado por largo tiempo”, subrayó.
Álvaro Ramis reafirmó las opiniones referidas a que entre los líderes de las diócesis del país aún hay posturas divididas. Algunos -como el obispo de Chillán, Carlos Pellegrín- son de la idea de que los casos de abuso sexual deben llevarse a la justicia civil. Hay otros que plantean que hay que cuidar a las víctimas y algunos manifiestan reparos a la acción de la fiscalía.